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Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

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Carmen Quidiello <strong>de</strong> Bosch<br />

tros en potencia que confraternizaban en posturas i<strong>de</strong>ológicas<br />

afines, aunque no necesariamente equivalentes, lo cual quedaría<br />

<strong>de</strong> manifiesto cuando a los exiliados <strong>de</strong> entonces les tocara<br />

el turno <strong>de</strong> pasar por la prueba <strong>de</strong> fuego <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, porque es<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el po<strong>de</strong>r don<strong>de</strong> se ponen verda<strong>de</strong>ramente a prueba las<br />

i<strong>de</strong>ologías, las convicciones, así como la razón <strong>de</strong> ser (a quién<br />

sirven) <strong>de</strong> aquellos que las sustentan.<br />

Sindicalistas, técnicos, amas <strong>de</strong> casa, gentes sencillas… todas<br />

formábamos una gran familia y las gestiones <strong>de</strong> ida y venida<br />

<strong>de</strong> carácter clan<strong>de</strong>stino a las respectivas patrias <strong>de</strong> los más<br />

osados era un secreto compartido pero jamás traicionado.<br />

Algunos (muchos) jamás regresarían. Otros, como el joven<br />

dominicano Amado <strong>Sol</strong>er, que incursionó como combatiente<br />

en otras tierras que no eran la suya, perdió su vida a poco <strong>de</strong><br />

cruzar la frontera <strong>de</strong> Nicaragua cuando todavía no había cumplido<br />

los 30 años. Su viuda pasó los mejores años <strong>de</strong> su vida<br />

vistiendo un luto riguroso.<br />

Todo ese entretejido <strong>de</strong> ir y venir, toda esa fuerza expansiva<br />

que provocaba como reacción la violencia <strong>de</strong> las dictaduras<br />

<strong>de</strong>l área en los hombres y mujeres amantes <strong>de</strong> la libertad en<br />

el exilio, por fuerza atrajo la atención <strong>de</strong>l enemigo común que<br />

fijó su mirada en nuestra propia casa, vale <strong>de</strong>cir en el cabeza<br />

<strong>de</strong> familia que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ella actuaba sumando su esfuerzo a los<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>más exiliados. Rastreados que fueron a lo que parece<br />

los hilos <strong>de</strong> su incansable actividad, quisieron hacer tangibles<br />

temerariamente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> la intimidad <strong>de</strong>l hogar;<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la casa-habitación (que así se <strong>de</strong>nomina el domicilio<br />

en Costa Rica).<br />

Pretendieron hacerlo aparentemente <strong>de</strong> la forma más simple.<br />

Sin embargo, <strong>de</strong> una u otra manera advertimos — advirtió<br />

el cabeza <strong>de</strong> familia — que nuestro teléfono tenía conexiones<br />

dobles que a<strong>de</strong>más se extendían innecesariamente a través <strong>de</strong><br />

una distancia consi<strong>de</strong>rable, lo que nos indujo a tratar <strong>de</strong> localizar<br />

el polo negativo <strong>de</strong> una experiencia extrema: sentirnos<br />

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