Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Carmen Quidiello de Bosch
y dama, casada con Don Juan Bosch Gaviño, esposa ejemplar,
escritora brillante…
Y, ¿Qué más habría que agregar?
Pero estoy convencido de que no es esto lo que quieren los
editores.
Una posibilidad más es: mostrar la obra a un público que
desconoce sobre lo qué trata. Asunto que me resulta bastante
perogrullesco; pues parece improbable que alguien, con un
poquitico más de dos dedos de frente, compre cualquier libro
solamente por lo que el prologuista diga de él (aunque este fuera
mucho más famoso que yo).
Aparte de que en casos como el presente es materia más que
larguísima tratar de reducir el amplio universo que aparece en
ella (ya me referiré un tanto más adelante a este aspecto).
Sobre la historia del material puedo decir que apareció
cuando la “Revista Ahora” era la gran publicación de su clase,
por los años 80 y 81 del pasado Siglo XX.
¡Y ya!... el introito de este prólogo o el proemio de esta
introducción o el prolegómeno de este exordio o el preludio
de esta advertencia, ¡o lo que sea!, hace rato resulta demasiado
largo y… una de sus condiciones sine qua non (recuerden al
estagirita) debe ser la cortedad.
Entremos entonces en materia.
Me limitaré, porque eso es lo que puedo hacer y disfruto
haciendo, a desgranar mis impresiones primigenias al enfrentarme
a los textos que componen esta colección.
Al releer en forma masiva y a “paso doble” el total de estos
sus abalorios periodísticos, el collar de perlas me produce una
satisfacción (no hartura, que conste) de esas que regocijan a uno
y producen una reconciliación con el género humano, esta vez
representada por la maravillosa mujer que fue, por amor y por
derecho propio, la compañero de aquel otro ser excepcional.
Lo primero es que, sumergido en el conjunto de unidades
que conforman la obra, me siento como un protegido nauta, el
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