Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Carmen Quidiello de Bosch
Media, por citar un caso.
Hoy por hoy, la mujer no está — ni estará, obviamente —
tan limitada por los convencionalismos heredados o impuestos,
tampoco por la educación que se halla en proceso de rápida
evolución aunque no tan rápida como sería de desear. Su lugar
bajo el Sol — el de la mujer — estará más y más determinado
por magnos acaeceres políticos y sociales que se avecinan y que
irán imponiendo un nuevo modelo de coexistencia entre los
sexos.
En la medida en que la mujer no se aísle en el proceso de
provocar esos acaeceres que ya se vislumbran en el horizonte,
será ella factor y beneficiaria — en tanto que partícipe — de
esos cambios que no sólo la beneficiarán a ella sino a la sociedad
en la que le toque vivir y desarrollarse. En esa nueva
sociedad a todos aprovechará su ascenso como ente social y
como individualidad pensante, creativa, productiva, ebullente
y dinamizante, siempre que ello no se haga al precio de la descalificación
del varón o a expensas del mismo, sino a expensas
de los errores deformantes — de las desigualdades apabullantes
— que deben ser erradicadas y que fueran la causa de diferencias
improcedentes no marcadas por la Naturaleza.
La diferencia fundamental quedará no obstante intacta, repetida,
insuperable, porque hace posible la dualidad inmutable
de la pareja humana; desdoblada — enriquecida — ella en él y
él en ella: varón y varona equiparables y diferentes.
¡AHORA! *No. 967* 03 JUNIO DE 1982
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