Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Carmen Quidiello de Bosch
tención tanto como la dignidad de la estancia son doblemente
honrosas. El panorama es indescriptible. Sobran las palabras.
Un pequeño descanso, tomando en cuenta el largo trayecto
recorrido por el invitado conferenciante quien ha cruzado el
Atlántico sólo para corresponder a la invitación, pasa como un
soplo, que es aprovechado para que se realicen un par de entrevistas.
(Como la prensa local informa de ellas no creo necesario
repetirlas aquí). El tema de la conferencia no puede ser otro
que el Caribe. Los estudiantes acuden con profusión así como
los profesores de las más diversas disciplinas. El Caribe es hoy
un tema universal y todos los presentes saben que el disertante
habla con conocimiento de causa. Una ocasión así no puede ser
desperdiciada y no lo es efectivamente. El disertante concluye,
los aplausos persiguen al visitante fuera del auditórium y se tiene
la impresión de que hay una correspondencia espontánea
no sólo a la manera de decir y a lo dicho sino a una manera de
enfrentar la vida.
Mientras tanto mi condición de simple acompañante me
deja en libertad (en disponibilidad) para hacer un sinnúmero
de preguntas relativas a la propia Universidad que quisiera
trasladar a los lectores de ésta columna, más que nada –a título
de simple información y por la utilidad que puedan derivar de
la misma.
La Universidad Internacional usa los recursos que otro tipo
de universidad consumiría durante un año lectivo en el apretado
tiempo de mayo a septiembre. Ello permite movilizar intelectuales
invitados y metodologías costosas a un ritmo que
compite favorablemente con cualquiera otra universidad de
verano a nivel continental.
La misma fue instaurada por iniciativa del gran poeta lírico
español Salinas durante los efervescentes años de la República
Española. Su primer rector fue el conocido filólogo don Ramón
Menéndez Pidal y actualmente ostenta el rectorado y diseña las
directrices de dichos cursos de verano el conocido intelectual
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