Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

El petróleo: una frontera con el siglo de
Mahoma
U na larga tradición ininterrumpida entre los pueblos antiguos
que ocuparon los territorios conocidos hoy por
Oriente Medio, hace referencia de mil modos y maneras a la
existencia de “afl oramientos ígneos, eructos gaseosos o fi ltraciones
bituminosas” — productos no procesados (naturales)
derivados del petróleo — en una zona muy amplia que se extiende
desde el Mar Caspio (norte), el Golfo Pérsico (sur), los
Montes Bakhtiaris (este) y el desierto egipcio-libio al oeste.
Estas tradiciones mencionan también los “Fuegos Eternos
del Irak que han estado ardiendo por 5,000 años y sólo han
podido apagarse una vez ese tiempo”. La presencia de la brea
como componente indispensable para la colocación de los ladrillos
de lo que fuera la antigua Babilonia es indiscutible.
En los testimonios de la Biblia, de Herodoto y de Plinio y de
“muchos otros autores antiguos hay noticias de la presencia y
empleo del petróleo en múltiples formas”. El “fuego griego”, que
iluminó batallas navales de los griegos en muchas ocasiones,
también denota el conocimiento y el uso de ese producto natural
en aquellas regiones desde tiempos muy antiguos.
De todas las sorpresas que nos depara esta suerte de aceleración
de la dinámica histórica de los últimos tiempos, ninguna
tiene signos más relevantes que los que surjen de las emanaciones
económico-político-sociales de un solo producto: el
petróleo.
El llamado “fuego griego” que asombró a los antiguos ya en
tiempos de Alejandro Magno — y aún antes — y cuya condición
de incandescencia, está presente en todo su potencial no sólo
en los oleoductos con su carga estratégica inconmensurable; no
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