Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Así también se hace patria
A través de una carta no dirigida a mi persona pero a la que
por suerte he tenido acceso gracias a una muestra de confi
anza, me entero de la proeza que en materia de cultivos frutales
tiene efecto aquí actualmente en nuestro suelo dominicano
gracias al tesón, la capacidad y la dedicación de un agricultor
de méritos excepcionales quien, siendo también un padre ejemplar,
ha logrado involucrar en sus tareas y proyectos de cultivos
de gran aliento a sus propios hijos…
El segundo párrafo de la carta se explica por sí mismo:
“Como agricultor y más que agricultor buen hortelano y campesino,
podría asegurar que este país es capaz de producir mil
veces más de lo que está produciendo con los mismos habitantes.
Siempre consideré a esta isla extremadamente fértil y
acondicionada para el agro”.
Refi riéndose a la región de Constanza, donde vive y trabaja,
sigue diciendo: “La ecología se la está transformando un puñito
de hombres altamente ignorantes y como la ignorancia es la
madre del atrevimiento, se atreven a decir que son dominicanos
y tienen derecho a vivir: pues viven muy mal y hacen mucho
daño, solamente conocen el hacha y la candela. En unos 7 años
más o menos, unos 80 ó 100 hombres más o menos también,
han hecho cambiar probablemente el ecosistema de la mitad de
este país, han hecho desaparecer los ríos de la Siberia y Valle
Nuevo, la fauna y la vida microbiana también”.
Refi riéndose a una amplia muestra de los frutos que cultiva
dice: “Esta fruta, los melocotones y ciruelas, mucho más
sabrosas que todas las que se importan, pues se asemejan a la
producida en la cuenca del Mediterráneo, la estoy produciendo
a 1.500 metros de altitud en laderas y muy acentuadas en
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