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Valores conceptuales e históricos
¿C ómo podían los antiguos entender que un valor tan concreto
y absoluto como la vida cambiara absolutamente en
la muerte?
La muerte se les manifestaba como algo también concreto
pero no absoluto, al menos no como negación de la vida. Por
ello entendieron que la muerte era otra forma de vida, la cual
asimilaron al sueño: a una vida más allá de la vida. Es decir, de
la realidad tangible.
Para sólo mencionar dos culturas entre las llamadas mediterráneas
que hicieron un culto de la muerte, muy distintas por
cierto la una de la otra, mencionaremos a la egipcia que no solamente
contempló la muerte como una forma de vida llegando a
crear estructuras ideológicas y también arquitectónicas que hacían
de ese culto el eje central de su civilización como un todo,
sino que instauraron — en vida — el reino de los muertos. Tal
contradicción con la vida fue depauperándolos, bloqueando sus
motivaciones vitales y volcando en estructuras improductivas —
las pirámides — recursos tan cuantiosos como irrecuperables.
Sería motivo de una tesis (a probar) si esa orientación de
la vida hacia la muerte como un valor mucho más concreto y
absoluto que la vida, sería la causa para que esa impresionante
y rica civilización sucumbiera en una forma tan total.
La otra cultura que estaba orientada hacia la muerte, pero
tomada ésta en un sentido distinto, como una aspiración a realizarse
más allá de la vida siempre que ésta — la vida — se cumpliera
dentro de normas morales harto exigentes y estrictas…
fue la sustentada por el pueblo hebreo: el pueblo escogido de
Dios, según se hacían llamar ellos mismos. Su Dios, Yahavé, era
exclusivamente de ellos, y no solamente no trataban de impo-
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