Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

¿Dónde aparecen los límites? :
(Del desgaste de las palabras hasta la realidad desbordada)
L as señales de “Abróchese el cinturón”, “Ponga su asiento
en posición vertical”, “No fume hasta que…” etc, etc.,
nos indican que estamos ya muy próximos a tomar tierra,
con toda pericia y placidez, en el avión que nos conduce a la
capital del Distrito Federal: Ciudad México. Pero un signo
inequívoco nos viene anunciando con bastante anticipación
— el color de la atmósfera — que nos hallamos ya próximos
a nuestro destino. (Ese color es una variedad sucia de ocres
y humo que conjuntamente con la consistencia casi palpable
que evidencia también delata la máxima contaminación. Y
así es en efecto. Pero antes de bajar del avión, cuando éste
iba perdiendo altura, también nos percatamos de las villas
miseria que se desparraman en los terrenos adyacentes al aeropuerto.
Son incontables. Y la impresión que producen, así
a vuelo de pájaro, es que sus construcciones — tan precarias
— surgen casi amorfas del polvoriento entorno para que
cualquier eventualidad las convierta de nuevo en polvo. En
esas condiciones no es difícil imaginar como realidad las cifras
que se dieron en la Conferencia Alternativa de Mujeres,
1980, Copenhague, que indican que un volumen de 2 millones
de mujeres de las clases marginadas se hacen provocar el
aborto año por año y de las cuales mueren alrededor de diez
mil en el mismo tiempo. (En términos humanos esas bajas
corresponderían a cualquier gran catástrofe de orden natural).
Pero se trata solamente de mujeres que, en un mundo
donde se le ha perdido el respeto a las palabras, se consignan
como material desechable. Y eso sin contar las criaturas que
se pierden en dicho proceso.
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