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Reloj de Sol
des de almacenamiento y de transporte, los responsables máximos
de esa catástrofe universal. Esos factores son ciertamente
coadyuvantes, pero sólo parcialmente según se desprende de
las declaraciones de esos eminentes científicos. Los verdaderos
responsables del deterioro de grandes contingentes humanos
son las “negociaciones políticas y económicas llevadas a cabo
en espíritu de ventaja y manipulación”, es decir, en espíritu de
lucha, de explotación, de extorsión, de dominación.
Hay hambre, no tanto por deficiencia de recursos; la hay por
sobra de especulación, por desmedidas ambiciones de quienes
contemplan una parte de la humanidad (famélica) como material
desechable sin contenido humano.
Puesto que desde el seno de las Naciones Unidas vienen
llegando — por razón de su propia esencia — señales de que
está ya plasmada la Estrategia Internacional para el Desarrollo,
tendremos que creer — creemos profundamente- que en esa
estrategia está contemplada la batalla contra el hambre.
Además, el manifiesto de los Premios Nóbel pidiendo a la
Comunidad Europea que destine en 1982 mil millones de dólares
para salvar al menos cinco millones de ese contingente
humano hambreado, es ya un indicio claro — y un ejemplo —
de que no todo es ignominia e indiferencia.
Mientras esperamos los resultados saludamos con sincera
emoción esa noble iniciativa de esos Premios Nóbel. La batalla
contra el hambre ha comenzado. Los abanderados, como siempre,
son los espíritus y las mentes más lúcidas. No olvidemos,
no obstante, a Josué de Castro, pionero de esa lucha tan larga
como necesaria.
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