Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Carmen Quidiello de Bosch
La fracción de tiempo añadida a cada mensaje comercial
destinado a hacerle llegar al ciudadano medio un elemento
constructivo para sumar a otros de su vida diaria, me parece la
forma más creativa de ejercer un impuesto ad-hoc, no precisamente
en pesos y centavos sino en especie: es decir, en espacio
— tiempo televisivo equivalente.
Así pues, los clientes interesados en proyectar una determinada
imagen comercial deben avenirse en forma previamente
estipulada a proyectar — conjuntamente con su imagen comercial
— un concepto, una sugerencia, una orientación que no va
a ser canalizada con fines exclusivos de mercadeo sino con fines
de una mejor integración social — sujetiva y objetiva — de la
comunidad como un todo. Es decir, el mercadeo del producto
comercial se produce naturalmente en términos comerciales
pero valiéndose de una implementación (una instrumentalización)
sui–generis que vende (conjuntamente) la necesidad
de lograr metas de convivencia cada vez más adecuadas y más
altas.
Un ejemplo tal ya en uso en la República de Panamá debería
servir como modelo a ser estudiado cuidadosamente y
divulgado para lograr un consenso que luego podría ser convertido
en ley sin que perjudique en lo más mínimo la otra famosa
ley de la oferta y la demanda ya que todos los anunciantes
y también los medios de comunicación o dueños de estaciones
televisoras estarían en igualdad de condiciones pero dentro de
una competencia que incluya un beneficio público constante y
permanente al propender elevar el nivel de educación, de preocupaciones
legítimas y de motivaciones sanas de la ciudadanía
como tal.
Lo que constituye, evidentemente, una meta nada despreciable.
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