Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Vis – a vis…
Con el reloj de sol vecino del Museo de las
Casas Reales
Reloj de sol: Hasta ayer — por decirlo así — yo era el único…hoy
parece que tengo un homónimo
Homónimo: Lo de homónimo no quiere decir sinónimo.
Reloj de Sol: Tú tienes voz y yo me callo
Homónimo: Conminándolas, tal vez yo tendré historia y tú
tendrás voz. Pero dime ¿cuál es tu historia?
Reloj de sol: ¿De veras te interesa?
Homónimo: No puedes dudarlo. Aquí estoy para interrogarte…
Reloj de Sol: Te creo, pero has de saber que mi historia es
prestada: un buen día por mandato de un hombre de pro — el
más aventajado de la isla — erigieron mi estatura, me pusieron
nariz y aquí estoy señalando la hora desde entonces, después
eso sí, que un humilde picapedrero me cinceló barbas y bigotes,
quiero decir los guarismos que le dan sentido a la sombra que
proyecta mi nariz.
Homónimo: ¿Y por orden de quién erigieron, como tú dices,
tu estatura?
Reloj de Sol: Por orden de Don Francisco de Rubio y Peñaranda,
Capitán General y Gobernador por entonces de la Colonia.
Homónimo: De modo que tu currículo vitae parte de…
Reloj de Sol: Del año 1750
Homónimo: Caramba…ya eso es tener prosapia…aunque
tengas un alma de piedra debes sentirte orgulloso…
Reloj de Sol: No creas, ni tan piedra; cualquiera sabe lo que
me obligaron a engullir para complacer las prisas del señor Go-
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