Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Carmen Quidiello de Bosch
dictadura tradicional (personalista) fuera derrocada y que por
tanto deba ser sustituida por un tipo de gobierno tan firme y
severo que “ofenda” la sensibilidad de las clases privilegiadas,
las mismas que antes fueron las aliadas naturales del dictador
derrocado y del procónsul imperial de turno.
Las palabras del presidente Reagan han quedado en el aire
como señal preocupante, como signo premonitorio de serios
conflictos, ya que lo que dice quien representa el poder más
grande que haya jamás existido sobre la Tierra no puede ser en
el vacío ni desvanecerse en el aire como una tormenta de verano
sin provocar antes graves consecuencias. Por eso, cuando dice
que a Nicaragua no puede protegérsele de la ira de su propio
pueblo hay que considerar que ésa es una sentencia inapelable.
Cuando el presidente Reagan hace balance detallado de las
fuerzas con que cuenta el gobierno revolucionario de Nicaragua
olvida aquéllas que la “generosidad” de su gobierno ha situado
en Honduras para “protegerse” de las incursiones bélicas
de un pueblo que si de algo necesita en realidad es de la paz
para desarrollar una labor de recuperación económica y social
urgente; para aplicar sus recursos en beneficio del pueblo; para
educar a sus niños y levantar su agricultura, su industria a niveles
satisfactorios de manera tal que la producción pueda ser
disfrutada por el pueblo que hizo su revolución precisamente
para eso.
¿Por qué tergiversar maliciosamente una realidad tan conocida
que no cabe ponerla en duda?
Los pueblos avasallados y explotados de la región tienen,
eso sí, a través de Nicaragua una visión del Génesis, del despertar
de una conciencia revolucionaria advenida al poder. Es
aquello lo que la hace verdaderamente peligrosa, no las armas
que pueda tener en sus depósitos ni los hombres que pueda tener
en pie de guerra para defender la revolución sandinista de
espíritu patriótico que está en el poder, y que desde luego tiene
interés de llevar adelante en una campaña de conquista porque
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