Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

A la hormiga que se quiere perder
alas le quieren nacer…
U na invención “pop” de la noche antillana es la hormiguita
“a quien alas le quieren nacer…”. Ella, incauta y azorada,
es parte de un espectáculo del cual lo ignora todo pero que se
escenifi ca en el bajo mundo nocturnal del Trópico y al que se
adscribe sin proponérselo siquiera por el solo hecho de que,
para su sorpresa, de súbito, le crecen alas allí donde no hubo ni
muñones ni propósito para tales aditamentos.
Pero prima lo vernáculo, y si ella se quiere perder…
Con sus acompañantes ocasionales vestidas de trajes de
candilejas, las animitas y los cocuyos, seguidas de damas noctámbulas
también aladas y enlutadas que anuncian dizque visitas
o hechos luctuosos, forman todos juntos un cortejo que se
extiende en otras presencias misteriosas venidas de la humedad
de la noche y marchan escoltados por los chirridos de los saltamontes
y los grillos y por los saltos mortales de los abejorros
que son también los palafraneros que marcan el paso de una
procesión que va de paso hacia un destino tan ignoto como la
noche misma que los alienta y los cobija.
Pero volvamos a la hormiguita a quien “alas le quieren nacer”.
Mas ¿cómo evitarlo?
Se encuentra en un medio social político tan abigarrado y
contaminado que nunca sabrá — la pobrecita — en qué momento
quedó sembrada en ella la idea de que le podrían crecer
alas; llámese nombramientos políticos, llámese puestos burocráticos,
llámese direcciones de Departamentos Gubernamentales…
Pero lo cierto y verdadero es que en algún momento
le empezaron a crecer alas y casi de inmediato se metió en un
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