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Reloj de Sol
abrumadora: A más materias primas arrancadas a las manos de
los productores, más enajenamiento de las poblaciones autóctonas
originarias (de su suelo y hasta de su sub-suelo). A más
enajenamiento, mayor miseria. A más miseria, mayor sufrimiento
humano… que en este caso preciso nos conduce paso a
paso hasta la Madre Teresa: la santa de las cunetas de Calcuta,
epítome de la capacidad de amor más coherente y más lúcida a
partir de su propio cetro, de su propia humanidad.
Este recorrido veloz y necesariamente esquemático de una
realidad harto conocida, en cierto modo sirve apenas como
punto de partida para dejar abierta una interrogante más bien
incomprensible:
¿Qué puntos de contacto halló la enorme sensibilidad de
la Madre Teresa entre las cunetas de Calcuta — la capital del
hambre — y Miami, una ciudad que acoge temporariamente
poblaciones inmensas de vacacionistas situados en la superabundancia
— y el despilfarro… y por tanto que no tiene — o
no debería tener — problemas de vivienda habitacional — y
mucho menos de supervivencia: fuentes de trabajo, técnicas,
disciplinas adecuadas al medio, etc., etc., educación, salud, etc.,
etc.?
De esos puntos de contacto y de otras interrogantes relativas
al tema iniciado — pensando en la Madre Teresa — trataremos
de ocuparnos en el próximo Reloj de Sol.
¡AHORA! *No. 878* 22 DE SEPTIEMBE DE 1980
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