Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Aprendiendo a vivir en días nublados
N o se asusten, no se trata de aprender a vivir nuestros días
sin sol porque el astro rey decida abandonar su elíptica y
marcharse de ronda hacia otras constelaciones… No se trata
de eso sino de cómo enfrentar nuestras propias limitaciones en
los días en que nuestro sol particular — el de cada quien — no
asoma por el horizonte. Ese sol puede ser de la más variada
índole: de tipo afectivo emocional; de tipo vocacional o profesional;
de tipo práctico, porque las cosas ese particular día no
han marchado bien en absoluto o trajeron cambios o agobios
inesperados — ; por falta de salud; por exceso de ambiciones tal
vez…etc., etc., etc. El caso es que en una u otra ocasión todos
tenemos nuestros días nublados a los que hay que hacer frente
con ecuanimidad, con valor y hasta con alegría si se trata de un
reto a nuestras capacidades o a nuestras limitaciones; si se trata
de sobrepasar nuestra propia marca en el terreno en que ese
desafío se presenta.
Nuestra índole personal, unos más emotivos que otros —
nos emplaza y nos condiciona para saber qué sitio vamos a
elegir para la lucha o para enfrentar la situación concreta que
se nos presenta. Es el condicionamiento temperamental: parte
producto de la herencia; parte producto de la educación; parte
producto del medio en que nos hemos formado. Parte importante
— por supuesto — es la salud con que contamos, física
y mental, como arma si no decisiva sí fundamental. (Aquí no
podemos menos que recordar al insigne Bethoven y su famosa
sordera).
Una vez nos hacemos cargo de nuestro temperamento —
pasivo o activo — contando con él como nuestro aliado natural
— siempre que lo tomemos en cuenta con objetividad — para
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