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“Versión mínima de los misterios de Eleusis”
D eméter era la diosa de la agricultura en la mitología griega; de
los dones de la tierra, de los cereales y de las cosechas. Es una
de las diosas madres más antiguas y veneradas de aquel modelo de
vida que fue Grecia. Sus festejos e invocaciones — de gran variedad
y solemnidad — se sucedían y cambiaban segùn los ciclos que
transcurrían en las distintas èpocas del año; tanto para celebrar las
siembras como las cosechas y otras solemnidades y ritos.
Entre estos, los Misterios de Eleusis, que construían el fundamento
espiritual de la vida Griega, fueron lo más sagrados y
secretos y según la tradición fueron instaurados por la propia
Deméter cuando su exaltado amor de madre se regocija por haber
recuperado a su hija Perséfona que había sido raptada por
Plutón, dios del mundo subterráneo, y conducida al hades.
Nueve meses de cada año Perséfona regresa a la superfi cie
de la tierra. Así quedó convertida en el hermoso símbolo de la
muerte y la resurrección de la vida vegetal.
Deméter: Lloro, sí y cómo no he de llorar, ay de mí, hijos
de Eleusis. Sed testigos del mal que me acongojan porque Perséfona,
mi hija adorada, me ha sido arrebatada al mundo de
las sombras…Su raptor, Plutón, reciba mi maldición allí en el
fondo de la tierra donde se halle!
Eleusino: Deméter, aquí estamos para compartir tu pena,
que vemos que es grande; así como hasta aquí hemos compartido
tus dones y gajes de matrona ubérrima…
Eleusina: Pero, ¿es que no hay modo de que Perséfona nos
sea devuelta, a tu amor de madre primero y a nuestra reverencia
como hija tuya que es, después? Mujer eres tú, aunque diosa,
y en algún rincón de tu augusta mente debe haber algo que
nunca ha sido revelado…
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