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Reloj de Sol
honra la condición de hombre tanto como la de militar): “No
puedo seguir adelante como oficial de mi tropa porque tengo
niños en la mira de mis binoculares”.
No hay, pues, engaño, no puede haberlo. La técnica no puede
estar indefinidamente por encima del hombre ni a través
de los binoculares ni de la comunicación vía satélites, ni de la
agencias noticiosas manipuladas. Ni de las estrategias infames
por muy bien que estén. Los propios libaneses cristianos están
en la mira de otros binoculares: los de la Historia.
Y en cuanto a la línea de descendencia de la familia Gemayel,
el futuro dirá. No nos adelantemos a los hechos, pero algún
hijo del primer Gemayel habrá de escudriñar en su día los hechos
del fatal atentado que sirvió de pretexto para la matanza
de exterminio de Sabra y Chatila.
¡AHORA! *No. 987* 22 DE OCTUBRE DE 1982
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