Jahrgang 1 / 2011 - Rosa-Luxemburg-Stiftung

íos, en las cuales hallaron un cangrejo bibo« 13 era indicio de que en el poniente
la tierra firme estaba pronta a llegar y añade el Almirante: »espero en
aquel Alto Dios, en cuyas manos están todas las victorias, que muy presto
nos dará tierra« 14 . Entre el desasiego y la fe, América es descubierta y ocupada
y la historia de este continente se iniciará desde las providenciales invocaciones
de un comandante de origen genovés descritas en un diario hasta
la llegada a tierra firme, pensando que arribaban a las Indias. El jueves 11 de
octubre 1492, fecha del desembarco, mientras se realizaba la ocupación de los
territorios, se registraban los acontecimientos bajo la pluma de un escribano.
Es en este momento que se inicia la nominalización del mundo hallado. Lo
que es la isla Guanahaní en lengua aborigen, los ocupantes la fundan como
San Salvador, y las dos siguientes islas halladas las fundarán como Santa
María de Concepción y Fernandina, nombres de origen español. El tabaco,
que es una planta desconocida para los nuevos colonizadores, es descrita por
Cristóbal Colón como »tierra bermeja hecho en polvo y después amassada, y
unas hojas secas, que debe ser una cosa muy apreciada entre ellos, porque ya
me trajeron en San Salvador de ellas en presente« 15 . Al describir Cristobal
Colón una naturaleza totalmente nueva, le serán insuficientes las referencias
europeas: »Aquí son los peces tan disformes de los nuestros, que es maravilla...de
las mas finas colores del mundo, azules, amarillos, colorados y de
todas colores, y otros pintados de mil maneras [...] que no hay hombre que
no se maraville y no tome gran descanso a verlos.« 16
Agrega además múltiples descripciones de los habitantes del mundo descubierto
»gente muy fermosa; los cabellos como sedas de caballo, y los ojos
muy hermosos y no pequeños; y ellos ninguno prieto, salvo de la color de los
canarios« 17 . Este nuevo espacio que nacía frente a los ocupantes fue nominalizado
y designado bajo las subjetividades de los foráneos, trastocando los
nombres de los lugares aborígenes por palabras castellanas, reformulando y
proponiendo denominaciones en la vegetación, fauna y paisaje. En este contexto
de trastorno y cambio, se va escribiendo la historia del Nuevo Mundo,
envuelta de ausencias, ficciones y fábulas.
Se define fábula como ficción que encubre una verdad y fabular como la
acción de contar fábulas o trastocar la realidad. Al autor de este tipo de relatos
se le denomina fabulador y es quien posee un clarísimo ingenio para imaginar
o inventar un escenario nuevo. Los primeros documentos elaborados
en los inicios de la ocupación española de América estuvieron caracterizados
por narrar lo acontecido agregando siempre una buena dosis de creatividad,
13 Ibid., pág. 99.
14 Ibid., pág. 99.
15 Ibid., pág. 115.
16 Ibid., pág. 117.
17 Ibid., pág. 111.
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