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La educacion sexual en el sistema educativo publico uruguayo

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que ese pecado, <strong>el</strong> onanismo, produce ymata tanta g<strong>en</strong>te como <strong>el</strong> alcoholismo. Noes casual esta cond<strong>en</strong>a de todos los sectoressociales, de todas las ideologías. Claro, haymuchísimas difer<strong>en</strong>cias de criterio, muchasvan más allá d<strong>el</strong> mero apostar a un aspectode la cosa. Porque Paulina Luisi no está d<strong>el</strong>todo desvinculada d<strong>el</strong> movimi<strong>en</strong>to de lanueva moral, pero de alguna forma expresatambién <strong>el</strong> p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to d<strong>el</strong> conjunto.El criterio de normalidad <strong>en</strong>tonces es frutod<strong>el</strong> saber de la época, pret<strong>en</strong>de dar una normaa la sociedad, ahí sí, claram<strong>en</strong>te, y hallasu prueba d<strong>el</strong> nueve <strong>en</strong> la consideración quese hace <strong>en</strong> esos mom<strong>en</strong>tos de la homo<strong>sexual</strong>idad.En primer lugar me gustaría aclararque no conozco cultura donde no haya homo<strong>sexual</strong>es.Un informe de Estados Unidoshabla d<strong>el</strong> 10% <strong>en</strong> los hombres, probablem<strong>en</strong>teparecido <strong>en</strong> las mujeres. Aunque lahomo<strong>sexual</strong>idad fem<strong>en</strong>ina no importa nada.En <strong>el</strong> siglo XIX, <strong>en</strong> <strong>el</strong> siglo XX la mujer sóloimporta para la excitación d<strong>el</strong> hombre. Ensí misma no importa, porque <strong>el</strong> monopoliode la p<strong>en</strong>etración lo ti<strong>en</strong>e <strong>el</strong> hombre y <strong>en</strong>una sociedad patriarcal eso es lo único queimporta. Siempre están obsesionados porla homo<strong>sexual</strong>idad masculina, porque es latraición al hombre. En la sociedad patriarcales la traición más absoluta, es una burla ala virilidad. Donde más estudiaron y másincidieron los médicos d<strong>el</strong> noveci<strong>en</strong>tos es <strong>en</strong>la <strong>sexual</strong>idad masculina, esa sí le preocupaporque propia de su género.<strong>La</strong> homofobia, <strong>el</strong> odio, la incompr<strong>en</strong>sión, <strong>el</strong>prejuzgami<strong>en</strong>to d<strong>el</strong> homo<strong>sexual</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> países tan antiguo como <strong>en</strong> su madre, España,y <strong>en</strong> las madres difer<strong>en</strong>tes que tuvimos porlos inmigrantes que nos llegaron. Hay untexto escolar de 1889 de Alfredo VázquezAcevedo que ti<strong>en</strong>e una descripción muysugestiva: A un niño se le da una cosa parajugar y él dice: Yo no quiero jugar con muñecas,quiero un trompo de punta afilada,quiero una p<strong>el</strong>ota, todo muy viril, no soy unmaricón. Eso estaba escrito <strong>en</strong> <strong>el</strong> texto de1889, que se le <strong>en</strong>tregaba a los niños, y lot<strong>en</strong>drían que comprar me imagino. Y todos,no hay uno solo, de los diarios de la época,de los códigos, de las leyes <strong>en</strong> Uruguay quede alguna forma no m<strong>en</strong>cion<strong>en</strong> con una homofobiamuy obvia a la homo<strong>sexual</strong>idad, ola ignor<strong>en</strong>, pero si pued<strong>en</strong> la castigan, comolos códigos.El doctor Becerro de B<strong>en</strong>goa <strong>en</strong> 1919 sosti<strong>en</strong>eque la homo<strong>sexual</strong>idad es extremadam<strong>en</strong>tep<strong>el</strong>igrosa porque se contagia. Deahí una especie de obsesión <strong>en</strong> los textoscatólicos de <strong>en</strong>señanza de la r<strong>el</strong>igión, <strong>en</strong>los confesionarios católicos y <strong>en</strong> los textosde las escu<strong>el</strong>as, donde se habla de lasmalas compañías. Eso es un calificativoperman<strong>en</strong>te, porque las compañías de losniños, de los adolesc<strong>en</strong>tes ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que sermuy vigiladas e impedidas si son malas.Por ahí <strong>en</strong>tra toda la corrupción, toda, absolutam<strong>en</strong>te,desde <strong>el</strong> onanismo tempranohasta la homo<strong>sexual</strong>idad.En <strong>el</strong> punto clave que pued<strong>en</strong> ser las leyes,los códigos de 1889, <strong>el</strong> Código P<strong>en</strong>al y <strong>el</strong>Código P<strong>en</strong>al de 1934, que lo sustituyó, nose hablan de las conductas homo<strong>sexual</strong>es.Estas nunca fueron p<strong>en</strong>adas, excepto si secomprometían <strong>en</strong> <strong>el</strong>las a los m<strong>en</strong>ores deedad. Entonces la figura clave para procesara un homo<strong>sexual</strong>, puede ser at<strong>en</strong>tadocontra <strong>el</strong> pudor público, etcétera, pero essobre todo la corrupción de m<strong>en</strong>ores. Yaquí todas las ideologías usaron este temade la corrupción de m<strong>en</strong>ores. Claro, m<strong>en</strong>orse era, de acuerdo a las épocas, llegando adifer<strong>en</strong>tes límites de edad, 15, 14, 10 años.En <strong>el</strong> siglo XIX, 14 años o 10, más de eso, y<strong>en</strong> <strong>el</strong> siglo XX después de 15. Y esto es tanasí, tan de todas las ideologías que naturalm<strong>en</strong>te<strong>el</strong> clero estaba obsesionado por loscorruptores de m<strong>en</strong>ores, y <strong>el</strong> batllismo, su<strong>en</strong>emigo, también estaba obsesionado porlos corruptores de m<strong>en</strong>ores y veía a la mayoríade <strong>el</strong>los, ¿<strong>en</strong> dónde?, <strong>en</strong> <strong>el</strong> clero. Locierto es que ese fue <strong>el</strong> principal escándaloque <strong>el</strong> batllismo utilizó para tratar de limitar147

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