20.09.2017 Views

La vida desnuda - Luigi Pirandello

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

temblores, había querido asistir a la ceremonia y después quiso quedarse al lado de la<br />

cama de la enferma.<br />

Parecía que el cólera hubiera venido a Nápoles solamente para mí, para castigarme<br />

por el pecado mortal, y que tenía que irse con la curación de Carlotta, por el empeño y el<br />

fervor que mi madre puso en curarla. Apenas la hubo salvado, viendo que en mi<br />

apartamentito faltaban todas las comodidades para la convaleciente, quiso llevársela a su<br />

casa, no obstante mi oposición.<br />

Entenderá perfectamente que, tras su entrada, Carlotta no salió de allí sino como mi<br />

esposa legítima, al cabo de poco, apenas cesada la epidemia.<br />

¡Y volvamos a beber, querido señor!<br />

Por fortuna, durante la epidemia, a Carlotta se le habían muerto el padre, la madre y<br />

los hermanos. Fortuna y desgracia, porque, única superviviente de la familia, heredó<br />

treinta y ocho o cuarenta mil liras, fruto de la profesión paterna.<br />

Esposa y con dote, ¿qué imaginó ella, señor mío?, cambió de un día para otro, así<br />

como así.<br />

Ahora escuche. Será que yo tengo en el cuerpo un cierto espíritu… ¿cómo llamarlo?,<br />

fi… filósofo, que quizás le podrá parecer extraño, pero déjeme decir.<br />

¿Usted cree que existen solo dos géneros, masculino y femenino?<br />

No, señor.<br />

<strong>La</strong> mujer es un género aparte; como el marido, un género aparte.<br />

Y respecto a los géneros, con el matrimonio la mujer gana siempre. ¡Avanza! Es<br />

decir, entra a participar tanto del género masculino que el hombre, necesariamente, sufre<br />

daños. Y sufre muchos daños, créame.<br />

Si se me ocurriera la triste idea de componer una gramática razonada como digo yo,<br />

quisiera poner como regla que se deba decir: el mujer, y por consecuencia, la marido.<br />

¿Se ríe usted? Para la mujer, querido señor, el marido deja de ser un hombre. Es tan<br />

cierto, que ni se preocupa por gustarle.<br />

«En ti ya no hay jugo», piensa la mujer, «¡tú ya me conoces!».<br />

»E incluso, si el marido es tan hombre de bien que se rebela al verla, por ejemplo, en<br />

la cama como una diablesa, despeinada y con la cara embadurnada:<br />

—¡Pero yo lo hago por ti! —es capaz de responderle ella.<br />

—¿Por mí?<br />

—Claro. Para no hacerte quedar mal. ¿Te gustaría que la gente, viéndonos en la calle,<br />

dijera: «Oh, mira qué mujer ha elegido aquel pobre hombre»?<br />

Y el marido —quien, se lo aseguro, ya no es hombre— se queda callado cuando en<br />

cambio tendría que gritar:<br />

«Me lo digo yo solo, querida mía: ¡qué mujer he ido a elegir, al verte así, ahora, a mi<br />

lado! ¿Ah, te muestras fea en casa y en la cama, para que los demás, luego, en la calle,<br />

puedan exclamar: “Oh, mira qué mujer más guapa tiene aquel pobre hombre”? ¿Y tienen<br />

que envidiarme, además? Gracias, gracias, querida, por esta envidia hacia mí, que se<br />

traduce, naturalmente, en un deseo por ti. ¿Tú quieres ser deseada para que yo sea<br />

envidiado? ¡Qué buena eres! Pero más bueno soy yo, que me he casado contigo».<br />

181

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!