20.09.2017 Views

La vida desnuda - Luigi Pirandello

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

elieve, con colinas y precipicios, pitas y palmeras, y senderos por los cuales se tenían que<br />

ver todos aquellos pastores, que por eso eran de varias dimensiones, con sus rebaños de<br />

ovejas y los mulos y los Reyes Magos.<br />

Había trabajado en ello a escondidas durante más de un mes, con la ayuda de dos<br />

peones que, para sostener la maqueta, habían levantado el escenario en una habitación. Y<br />

había querido que fuera iluminado por lamparitas azules de decoración. Y había dispuesto<br />

que llegaran de la Sabina, en Nochebuena, dos gaiteros a tocar el caramillo y la gaita.<br />

Los nietos no tenían que saber nada de todo ello.<br />

En Nochebuena, al volver arropados y muertos de frío de la misa del gallo,<br />

encontrarían aquella gran sorpresa en casa: el sonido de la gaita, el olor del incienso y de<br />

la mirra, y el pesebre allí, como un sueño, iluminado por todas aquellas lamparitas azules.<br />

Y todos los vecinos vendrían a ver, junto con los parientes y los amigos invitados a la<br />

cena, esta gran maravilla que le había costado al abuelo Pietro tanto esfuerzo y tanto<br />

dinero.<br />

El señor Daniele lo había visto en casa, absorto en estos asuntos misteriosos, y se<br />

había reído; había oído los martillazos de los dos peones que plantaban el escenario al<br />

otro lado, y se había reído.<br />

El demonio, que se le había domiciliado desde hacía años en la garganta, aquel año,<br />

por Na<strong>vida</strong>d, no había querido darle paz: risas y risas sin fin. En vano, levantando las<br />

manos, le había aconsejado que se calmara; en vano lo había prevenido de que no<br />

exagerara, de que no se excediera.<br />

—¡No vamos a exagerar, no! —le había contestado este demonio—. Quédate<br />

tranquilo que no nos excederemos. ¡Estos pastores con las encellas de ricota y las cestitas<br />

con huevos y queso son una graciosa broma, ¿quién puede negarlo?, así, de camino hacia<br />

la gruta de Belén! ¡Pues bien, nosotros también nos quedaremos en la broma, no lo dudes!<br />

<strong>La</strong> nuestra también será una broma, y no menos graciosa. Ya lo verás.<br />

Así el señor Daniele se había dejado tentar por su demonio, vencido sobre todo por<br />

esta capciosa consideración: es decir, que todo se quedaría en una broma.<br />

Llegada la Nochebuena, apenas el señor Pietro Ambrini con su hija y sus nietos y los<br />

sirvientes se fueron a la iglesia para la misa, el señor Daniele Catellani entró, embargado<br />

por una loca alegría, en la habitación del pesebre: quitó con prisa a los Reyes Magos y a<br />

los camellos, a las ovejas y a los mulos, a los pastores del queso y de los cestos de huevos<br />

y de las encellas de ricota (personajes y ofrendas al buen Jesús, que su demonio no había<br />

considerado convenientes en la Na<strong>vida</strong>d de un año de guerra como aquel), y en su lugar<br />

puso más propiamente, ¿qué?, nada, otros juguetes: soldaditos de estaño, pero muchos,<br />

muchos ejércitos de soldaditos de plomo, de cada nación, franceses y alemanes, italianos<br />

y austriacos, rusos e ingleses, serbios y rumanos, búlgaros y turcos, belgas y americanos y<br />

húngaros y montenegrinos, todos con las escopetas apuntando a la gruta de Belén, y<br />

luego, luego muchos cañones de plomo, baterías enteras, de todas las formas y<br />

dimensiones, ellos también apuntando, de arriba, de abajo, de todos lados, contra la gruta<br />

de Belén, a punto de iniciar un espectáculo nuevo y graciosísimo.<br />

Después se escondió detrás del pesebre.<br />

Les dejo imaginar cómo se rio allí detrás, cuando, al final de la misa del gallo, el<br />

abuelo Pietro con sus nietos y su hija y la multitud de invitados fueron hacia aquella<br />

sorpresa, mientras el incienso ya humeaba y los gaiteros insuflaban su aliento a las gaitas.<br />

352

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!