30.03.2024 Aufrufe

Diseño de libro Madame Bovary, portada, ilustraciones e interiores.

Sie wollen auch ein ePaper? Erhöhen Sie die Reichweite Ihrer Titel.

YUMPU macht aus Druck-PDFs automatisch weboptimierte ePaper, die Google liebt.

Madame Bovary

«¡Al señor Bain, de Givry — Saint Martin!» —

Por eso yo guardaré su recuerdo. «Por un carnero

merino...»

—Pero usted me olvidará, habré pasado como

una sombra.

«¡Al señor Belot, de Notre Dame!...»

—¡Oh!, no, verdad, ¿seré alguien en su pensamiento,

en su vida?

«¡Raza porcina, premio ex aeguo: a los señores

Lehérissé y Cullembourg, sesenta francos!»

Rodolfo le apretaba la mano, y la sentía completamente

caliente y temblorosa como una tórtola

cautiva que quiere reemprender su vuelo; pero fuera

que ella tratase de liberarla, soltarla, o bien que respondiese

a aquella presión, hizo un movimiento con

los dedos; él exclamó:

—¡Oh, gracias!, ¡no me rechaza!, ¡es usted

buena!, ¡comprende que soy suyo! ¡Déjeme que la

vea, que la contemple!

Una ráfaga de viento que llegó por las ventanas

arrugó el paño de la mesa, y en la plaza, abajo,

todos los grandes gorros de las campesinas se levantaron

como alas de mariposas blancas que se

agitan.

«Aprovechamiento de piensos de semillas

oleaginosas», continuó el presidente.

Y se daba prisa.

«Abono flamenco, cultivo del lino, drenaje,

arrendamiento a largo plazo, servicios de criados.»

Rodolfo no hablaba. Se miraban. Un deseo

supremo hacía temblar sus labios secos; y blandamente,

sin esfuerzo, sus dedos se entrelazaron.

«¡Catalina Nicasia Isabel Leroux, de Sassetot

la Guerrière, por cincuenta y cuatro años de servicio

en la misma granja, medalla de plata — premio

260

Hurra! Ihre Datei wurde hochgeladen und ist bereit für die Veröffentlichung.

Erfolgreich gespeichert!

Leider ist etwas schief gelaufen!