30.03.2024 Aufrufe

Diseño de libro Madame Bovary, portada, ilustraciones e interiores.

Erfolgreiche ePaper selbst erstellen

Machen Sie aus Ihren PDF Publikationen ein blätterbares Flipbook mit unserer einzigartigen Google optimierten e-Paper Software.

Capítulo XV

a hacer el elogio de Lagardy en el trozo final. Era

algo soberbio, ¡sublime! Entonces Carlos insistió:

—Volverás el domingo. ¡Vamos, decídete! Haces

mal en no venir si sientes que te hace bien, por

poco que sea.

Entretanto, las mesas a su alrededor se iban

despoblando; vino un camarero a apostarse discretamente

cerca de ellos; Carlos, que comprendió,

sacó su cartera; el pasante le retuvo el brazo, a incluso

no se olvidó de dejar, además, de propina dos

monedas de plata, que hizo sonar contra el mármol.

—Verdaderamente —murmuró Bovary—, no

me gusta que usted haya pagado.

El otro tuvo un gesto desdeñoso lleno de cordialidad,

y tomando su sombrero:

—Queda convenido, ¿verdad?, ¿mañana, a las

seis?

Carlos dijo de nuevo que no podía ausentarse

por más tiempo; pero que nada impedía que Emma...

—Es que... —balbuceó ella con una sonrisa

especial—, no sé si...

—¿Bueno!, ya lo pensarás, ya veremos, consulta

con la almohada.

Después, a León, que les acompañaba:

—Ahora que está usted en nuestras tierras,

espero que venga de vez en cuando a comer con nosotros.

El pasante dijo que iría, puesto que además

necesitaba ir a Yonville para un asunto de su despacho.

Y se separaron delante del pasaje Saint—Herbland

en el momento en que daban las once y media

en la catedral.

387

Hurra! Ihre Datei wurde hochgeladen und ist bereit für die Veröffentlichung.

Erfolgreich gespeichert!

Leider ist etwas schief gelaufen!