30.03.2024 Aufrufe

Diseño de libro Madame Bovary, portada, ilustraciones e interiores.

Sie wollen auch ein ePaper? Erhöhen Sie die Reichweite Ihrer Titel.

YUMPU macht aus Druck-PDFs automatisch weboptimierte ePaper, die Google liebt.

Madame Bovary

el recuerdo de la carta. ¿La había perdido? ¿Dónde

encontrarla?

Pero ella sentía tal cansancio en su espíritu

que no fue capaz de inventar un pretexto para levantarse

de la mesa. Además se había vuelto cobarde;

tenía miedo a Carlos; él lo sabía todo, seguramente.

En efecto, pronunció estas palabras, de un

modo especial:

—Según parece, tardaremos en volver a ver al

señor Rodolfo.

—¿Quién te lo ha dicho? —dijo ella sobresaltada.

—¿Quién me lo ha dicho? —replicó él, un

poco sorprendido por este tono brusco—; Girard, a

quien he encontrado hace un momento a la puerta

del «Café Francés». Ha salido de viaje o va a salir.

Ella dejó escapar un sollozo.

—¿Qué es lo que te extraña? Se ausenta así

de vez en cuando para distraerse, y, ¡a fe mía!, yo lo

apruebo. ¡Cuando se tiene fortuna y se está soltero!...

Por lo demás, nuestro amigo se divierte a sus

anchas, es un bromista. El señor Langlois me ha

contado...

Él se calló por discreción, pues entraba la

criada.

Felicidad volvió a poner en el cesto los albaricoques

esparcidos por el aparador; Carlos, sin notar

el color rojo de la cara de su mujer, pidió que se los

trajeran, tomó uno y lo mordió.

—¡Oh!, ¡perfecto!—exclamó—. Toma, prueba.

Y le tendió la canastilla, que ella rechazó suavemente.

—Huele: ¡qué olor! —dijo él pasándosela delante

de la nariz varias veces.

—¡Me ahogo! —exclamó ella levantándose de

350

Hurra! Ihre Datei wurde hochgeladen und ist bereit für die Veröffentlichung.

Erfolgreich gespeichert!

Leider ist etwas schief gelaufen!