30.03.2024 Aufrufe

Diseño de libro Madame Bovary, portada, ilustraciones e interiores.

Sie wollen auch ein ePaper? Erhöhen Sie die Reichweite Ihrer Titel.

YUMPU macht aus Druck-PDFs automatisch weboptimierte ePaper, die Google liebt.

Capítulo VI

de lujo más que de buena comida, el vino de Pomard,

sin embargo, le excitaba un poco las facultades,

y cuando apareció la tortilla al ron expuso teorías

inmorales sobre las mujeres. Lo que le seducía,

por encima de todo, era el chic. Adoraba un atuendo

elegante en una casa bien amueblada, y en cuanto

a las cualidades físicas no despreciaba el «buen bocado».

León miraba el reloj con desesperación. El boticario

bebía, comía, hablaba.

—Usted debe de encontrarse muy independiente

en Rouen —le dijo de pronto—. Por lo demás,

sus amores no están muy lejos.

Y como el otro se sonrojaba:

—¡Vamos, sea franco! ¿No me negará que en

Yonville...?

El joven balbució.

—En casa de Madame Bovary, ¿no cortejaba

usted...?

— ¿A quién? —¡A la criada!

No bromeaba; pero pudiendo más la vanidad

que la prudencia, León protestó a pesar de todo.

Además, sólo le gustaban las morenas.

—Le alabo el gusto —dijo el farmacéutico—;

tienen más temperamento.

Y acercándose al oído de su amigo, le indicó

los síntomas por los que se conocía que una mujer

tenía temperamento. Incluso se lanzó a una digresión

etnográfica: la alemana era vaporosa, la francesa

libertina, la italiana apasionada.

—¿Y las negras? —preguntó el pasante.

—Eso es un gusto de artista —dijo Homais—.

¡Mozo!, dos medias tazas.

—¿Nos vamos? —dijo, por fin, León impacientándose.

471

Hurra! Ihre Datei wurde hochgeladen und ist bereit für die Veröffentlichung.

Erfolgreich gespeichert!

Leider ist etwas schief gelaufen!