30.03.2024 Aufrufe

Diseño de libro Madame Bovary, portada, ilustraciones e interiores.

Sie wollen auch ein ePaper? Erhöhen Sie die Reichweite Ihrer Titel.

YUMPU macht aus Druck-PDFs automatisch weboptimierte ePaper, die Google liebt.

Capítulo XIII

su nombre grabado en la pared.

—¡Bueno —se dijo—, empecemos!

Escribió:

«¡Ánimo, Emma!, ¡ánimo! Yo no quiero causar

la desgracia de su existencia...»

«Después de todo, es cierto, pensó Rodolfo; actúo

por su bien; soy honrado.»

«¿Ha sopesado detenidamente su determinación?

¿Sabe el abismo al que la arrastraba, ángel

mío? No, ¿verdad? Iba confiada y loca, creyendo en

la felicidad, en el porvenir... ¡ah!, ¡qué desgraciados

somos!, ¡qué insensatos!»

Rodolfo se paró aquí buscando una buena

disculpa.

«¿Si le dijera que toda mi fortuna está perdida?...

¡Ah!, no, y además, esto no impediría nada.

Esto serviría para volver a empezar. ¡Es que se puede

hacer entrar en razón a tales mujeres!»

Reflexionó, luego añadió:

«No la olvidaré, puede estar segura, y siempre

le profesaré un profundo afecto; pero un día, tarde

o temprano, este ardor, tal es el destino de las cosas

humanas, habría disminuido, sin duda. Nos habríamos

hastiado, y quién sabe incluso si yo no hubiera

tenido el tremendo dolor de asistir a sus remordimientos

y de participar yo mismo en ellos, pues

habría sido el responsable. Sólo pensar en sus sufrimientos

me tortura. ¡Emma! ¡Olvídeme! ¿Por qué

tuve que conocerla? ¿Es culpa mía? ¡Oh, Dios mío!,

¡no, no, no culpe de ello más que a la fatalidad!»

«He aquí una palabra que siempre hace efecto

—se dijo.»

«¡Ah!, si hubiera sido una de esas mujeres de

corazón frívolo como tantas se ven, yo habría podido,

por egoísmo, intentar una experiencia entonces

345

Hurra! Ihre Datei wurde hochgeladen und ist bereit für die Veröffentlichung.

Erfolgreich gespeichert!

Leider ist etwas schief gelaufen!