30.03.2024 Aufrufe

Diseño de libro Madame Bovary, portada, ilustraciones e interiores.

Erfolgreiche ePaper selbst erstellen

Machen Sie aus Ihren PDF Publikationen ein blätterbares Flipbook mit unserer einzigartigen Google optimierten e-Paper Software.

Madame Bovary

—Pasaré por allí—dijo Bovary.

—No, no, se lo mandaré; vendremos aquí,

será más cómo do para usted.

—¡Ah! Muy bien, se lo agradezco.

Y cuando se quedaron solos:

—¿Por qué no aceptas las propuestas del señor

Boulanger, que son tan amables?

Ella puso mala cara, buscó mil excusas, y

acabó diciendo que «aquello parecería un poco raro.

—¡Ah!, ¡a mí me trae sin cuidado! —dijo Carlos,

haciendo una pirueta—. ¡La salud ante todo!

¡Haces mal!

—¿Y cómo quieres que monte a caballo si no

tengo traje de amazona?

—¡Hay que encargarte uno! —contestó él.

Lo del traje la decidió.

Cuando tuvo el traje, Carlos escribió al señor

Boulanger diciéndole que su mujer estaba dispuesta,

y que contaban con su complacencia.

Al día siguiente a mediodía Rodolfo llegó a la

puerta de Carlos con dos caballos soberbios. Uno de

ellos llevaba borlas rojas en las orejas y una silla de

mujer de piel de ante.

Rodolfo calzaba botas altas, flexibles, pensando

que sin duda ella nunca las había visto semejantes;

en efecto, Emma quedó encantada de su porte,

cuando él apareció sobre el rellano con su gran levita

de terciopelo y su pantalón de punto blanco. Ella

estaba preparada, le esperaba.

Justino se escapó de la farmacia para verla, y

el boticario también salió.

Hizo unas recomendaciones al señor Boulanger:

—¡Pronto llega una desgracia! ¡Tenga cuidado!

¡Sus caballos quizás son fogosos!

Ella oyó ruido por encima de la cabeza: era

274

Hurra! Ihre Datei wurde hochgeladen und ist bereit für die Veröffentlichung.

Erfolgreich gespeichert!

Leider ist etwas schief gelaufen!