30.03.2024 Aufrufe

Diseño de libro Madame Bovary, portada, ilustraciones e interiores.

Sie wollen auch ein ePaper? Erhöhen Sie die Reichweite Ihrer Titel.

YUMPU macht aus Druck-PDFs automatisch weboptimierte ePaper, die Google liebt.

Madame Bovary

—Sí; vámonos.

El señor León puso delicadamente sobre los

hombros de Emma su largo chal de encaje, y se fueron

los tres a sentarse al puerto, al aire libre, delante

de la cristalera de un café. Primero hablaron

de la enfermedad de Emma, aunque ella interrumpía

a Carlos de vez en cuando, por temor, decía, de

aburrir a1 señor León; y éste les contó que venía a

Rouen a pasar dos años en un gran despacho para

adquirir práctica en los asuntos, que en Normandía

eran diferentes de los que se trataban en París. Después

preguntó por Berta, por la familia Homais, por

la tía Lefrançois; y como en presencia del marido no

tenían nada más que decirse, pronto se detuvo la

conversación.

Gente que salía del espectáculo pasó por la

acera, tarareando o cantando a voz en grito:

Oh, ángel bello, Lucía mía. Entonces León,

para dárselas de aficionado, se puso a hablar de música.

Había visto a Tamburini, a Rubini, a Persiani,

a Grisi; y al lado de ellos, a pesar de sus grandes

momentos de esplendor, Lagardy no valía nada.

—Sin embargo — interrumpió Carlos, que

daba pequeños mordiscos a su sorbete de ron—, dicen

que en el último acto está absolutamente admirable;

siento haber salido antes del final, pues empezaba

a divertirme.

—De todos modos —replicó el pasante—,

pronto dará otra representación.

Pero Carlos respondió que se iban al día siguiente.

—A menos —añadió, volviéndose a su mujer—

que tú quieras quedarte sola, cariño.

Y cambiando de maniobra ante aquella situación

inesperada que se le presentaba, el joven comenzó

386

Hurra! Ihre Datei wurde hochgeladen und ist bereit für die Veröffentlichung.

Erfolgreich gespeichert!

Leider ist etwas schief gelaufen!