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drá que efectuar una tirada de Templanza: en caso<br />
de fallarla, el sacerdote pierde la concentración y<br />
debe comenzar la ceremonia de nuevo. Si el motivo<br />
de la pérdida de la concentración es un ataque sobre el sacerdote,<br />
tendrá que hacer igualmente una tirada de Templanza,<br />
pero aunque tenga éxito, el porcentaje de<br />
lanzamiento se verá penalizado en un -10% por cada PD<br />
que haya recibido el sacerdote, lo que representa la distracción<br />
que el dolor de la herida lleva consigo.<br />
a Ordo del Ritual: Como dijimos anteriormente, el ordo de un<br />
ritual determina su grado de poder, su magnitud. Por tanto,<br />
a mayor ordo, más poderoso resultará un ritual. De igual manera,<br />
cuanto más alto sea el ordo del ritual, mayor dificultad<br />
entrañará su realización, ya que la ceremonia exigirá del sacerdote<br />
un mayor número de conocimientos y de implicación,<br />
lo que, en términos de juego significa que habrá una<br />
penalización al porcentaje de lanzamiento según el tipo de<br />
ordo, tal y como se muestra en la siguiente tabla:<br />
Modificador al Lanzamiento según Ordo<br />
Ordo del Ritual Modificador al Porcentaje<br />
Primus Ordo -0%<br />
Secundus Ordo -20%<br />
Tertius Ordo -40%<br />
Quartus Ordo -60%<br />
Quintus Ordo -80%<br />
Sextus Ordo -100%<br />
Una vez determinados todos los posibles modificadores, calculamos<br />
el porcentaje final que tiene el sacerdote para realizar<br />
el ritual. Recordamos que aunque los modificadores reduzcan<br />
el porcentaje por debajo de 0%, siempre existe la posibilidad<br />
de obtener un éxito automático con una tirada de entre 01 y<br />
05, tal y como se explica en el capítulo II (pág. 72). Además, y<br />
esto es muy importante, no es posible utilizar Suerte para modificar<br />
el resultado de la activación de un ritual: en asuntos divinos<br />
me temo que la mala o buena fortuna no tiene mucho<br />
que ver, sino la fuerza de la fe, los conocimientos del sacerdote<br />
y su convicción.<br />
Exemplum: Mientras la monja duerme, vamos a aprovechar para calcular<br />
el porcentaje exacto que tiene sor Recareda para activar el ritual<br />
de Revelación. Partimos de un porcentaje base que es igual a la competencia<br />
de Teología de la monja, que es de nada más y nada menos<br />
del 90%. Al encontrarse sola en su celda ha podido utilizar sin problema<br />
los gestos y las palabras correctas, por lo que no se le cuenta<br />
penalizador alguno por ese motivo. Tampoco ha perdido la concentración<br />
en ningún momento, ya que sus compañeras de convento han<br />
sido consideradas con su deseo de retirarse a orar y ni siquiera la han<br />
avisado a la hora de las misas. Claro que al tratarse de un ritual de<br />
secundus ordo, es necesario penalizar el porcentaje con un -20%, dejándole<br />
un porcentaje final de 70%, que no está nada mal.<br />
IV. Resultado<br />
Tras lanzar los dados, comparamos el resultado obtenido con<br />
el porcentaje que tenía el sacerdote para realizar el ritual, lo<br />
que nos da cuatro posibles resultados:<br />
Pars 7: Ars Theologica<br />
a Éxito: <strong>El</strong> ritual se ha llevado a cabo correctamente,<br />
y la Divinidad ha tenido a bien mostrar<br />
un poco de su omnipresencia y su Gracia, utilizando<br />
al sacerdote como canalizador de la<br />
misma. Si el receptor del ritual era el propio sacerdote,<br />
los efectos se dejarán sentir de inmediato,<br />
pero en el caso de que el ritual se utilizara para afectar<br />
de forma directa a otra persona, ésta tendría derecho a<br />
realizar una tirada de IRR para oponerse a ellos (tirada en<br />
la que tampoco se podrá utilizar Suerte), siempre y cuando<br />
fuera consciente de que va a ser receptor de un ritual de<br />
fe: si no lo sabe o no le importa, no habrá tirada alguna de<br />
IRR (el poder de Dios es así, y sólo los más descreídos querrán<br />
oponerse a su magnanimidad). Esa tirada tendrá un<br />
CONSILIUM ARBITRO:<br />
LAS CRIATURAS<br />
IRRACIONALES Y LA FE<br />
En la descripción de los rituales de fe verás que hacemos<br />
mención constante a “criaturas o seres malvados”,<br />
ya que determinados rituales sólo afectarán<br />
a esas criaturas o seres. Pero, ¿qué criaturas se engloban<br />
dentro de la categoría de “malvadas”?<br />
Empecemos por los fáciles: todos los demonios (mayores,<br />
menores o elementales) y los engendros del<br />
Infierno se consideran “malignos”. Está claro que<br />
proceden directamente del Abismo y que se verán<br />
afectados por numerosos rituales de fe. También se<br />
consideran “malignas” a las criaturas que sirvan al<br />
Demonio, que hayan perdido o vendido su alma (y<br />
esto vale también para los humanos), que hayan<br />
sido maldecidos por Dios (por las razones que el Altísimo<br />
haya decidido) o aquellos humanos que conozcan<br />
algún hechizo de magia negra (aunque no<br />
lo utilicen: si lo saben, es suficiente para mancillar<br />
su alma). Por ejemplo, un brucolaco es un engendro<br />
del Infierno y, por tanto, se vería afectado por un ritual<br />
contra criaturas malvadas; sin embargo, un<br />
duende no, pues, aunque es una criatura irracional,<br />
nada tiene que ver con el Infierno.<br />
No obstante, existen algunas excepciones que es necesario<br />
recordar. La primera es que el ritual de Exorcismo<br />
es efectivo contra cualquier criatura que haya<br />
poseído a un humano, sea o no su naturaleza demoníaca.<br />
Además, los sacerdotes de origen musulmán<br />
incluyen dentro de la categoría de “criaturas malvadas”<br />
a todos aquellos seres de origen islámico que<br />
sean marid (o sea, “no creyentes”), aunque no sean demoníacas<br />
per se (por ejemplo, los dibbuk son espíritus<br />
marid y, por tanto, se verán afectados por estos rituales<br />
de fe): en la propia descripción de la criatura aparecerá<br />
si son marid o no. Esta última regla no se utiliza<br />
en sacerdotes cristianos o judíos.<br />
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