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fase 2 - El Grimorio

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268<br />

entre un creyente y Dios: es una promesa en la que<br />

sólo participan dos personas, el sacerdote y la Divinidad.<br />

Pueden ser de dos tipos: públicos y privados.<br />

Votos Públicos<br />

Son aquellos votos que realizan los miembros de todas las<br />

órdenes religiosas y militares, reconocidos por el derecho canónico<br />

y regulados por los capítulos de cada comunidad. Estas<br />

leyes imponen unos requisitos mínimos de edad, condición y<br />

preparación para todos aquéllos que deseen tomar estos votos,<br />

además de especificar quiénes pueden ser los que los reconocen<br />

y los reciben en nombre de la comunidad religiosa.<br />

Los votos públicos acostumbran a ser los de pobreza, castidad<br />

y obediencia, además de un “cuarto voto” que poseen algunas<br />

órdenes y que tiene relación con la política de la propia comunidad:<br />

fidelidad al magisterio, servicio a los más pobres, liberación<br />

de cautivos, etc. Estos votos se ponen a prueba durante<br />

un determinado periodo de tiempo (como ocurre con los novicios<br />

y goliardos), para una vez terminado el periodo de<br />

prueba hacerlos perpetuos.<br />

Se debe tener en cuenta que, al contrario que los monjes, los sacerdotes<br />

y clérigos no realizan ningún tipo de voto, ya que sólo<br />

se les obliga a prometer obediencia a su obispo y a permanecer<br />

célibes. Es una diferencia sutil, pero importante: los religiosos<br />

hacen sus votos y así donan a Dios algo que va más allá de lo<br />

que se les exige, pero los sacerdotes sólo cumplen con un requisito,<br />

con una formalidad. Por tanto, si un sacerdote rompe una<br />

de sus promesas, la cosa no pasará de un pecado, pero podrá<br />

ser absuelto si se arrepiente; un monja que rompa uno de sus<br />

votos, nunca podrá ser perdonada.<br />

Votos Privados<br />

Aquelarre: Juego de rol demoníaco medieval<br />

Nada impide que un creyente realice un voto privado directamente<br />

con Dios, un voto que no está reconocido por el derecho<br />

canónico pero tiene la fuerza de una promesa realizada a Dios.<br />

Un personaje sacerdote puede elegir hacer los votos privados<br />

que desee, aunque consideramos que tener más de tres de<br />

estos votos harían al personaje injugable. Con respecto a las<br />

reglas, los votos pueden ser los siguientes:<br />

a Voto de Auxilio: <strong>El</strong> personaje deberá ayudar siempre a<br />

aquéllos que sean más débiles o que estén indefensos, aunque<br />

se trate de una causa perdida de antemano.<br />

a Voto de Ayuno: <strong>El</strong> personaje sólo podrá realizar una única<br />

comida al día, siempre y cuando no incluya carne.<br />

a Voto de Castidad: <strong>El</strong> personaje no puede practicar el sexo<br />

ni siquiera dentro del matrimonio.<br />

N la Edad Media, el culto a los santos (la denomi-<br />

Enada “dulía”, en contraposición a la “latría”, que es<br />

el culto directo a Dios) está muy extendido: se les<br />

reza directamente solicitando que, al encontrarse ya<br />

en comunión con Dios, puedan interceder por ellos o por sus<br />

difuntos. Las hagiografías (libros con vidas de santos) se<br />

extienden por toda la cristiandad, como la famosa Leyenda<br />

Rezando a los Santos<br />

a Voto de Cruzada: <strong>El</strong> personaje no podrá retroceder<br />

en un combate si se está enfrentando a un servidor<br />

del mal o a un infiel.<br />

a Voto de Honestidad: <strong>El</strong> personaje no podrá romper nunca<br />

la palabra dada.<br />

a Voto de Honor: <strong>El</strong> personaje no podrá atacar jamás a un<br />

enemigo que se encuentre desarmado o indefenso.<br />

a Voto de Humildad: <strong>El</strong> personaje no podrá hablar jamás de<br />

forma arrogante, ni siquiera dar órdenes o discutir.<br />

a Voto de Pobreza: <strong>El</strong> personaje deberá repartir en limosnas<br />

todo el dinero que consiga y nunca podrá llevar encima<br />

más de diez maravedíes. Además, tendrá que vivir con sencillez<br />

(en términos de juego, su gasto semanal se considera<br />

de cinco maravedíes).<br />

a Voto de Silencio: <strong>El</strong> personaje no podrá hablar.<br />

En términos de juego, cada voto privado o público le otorgará<br />

al personaje un bonificador para llevar a cabo determinados rituales<br />

(como Confrontación, Exorcismo o Transfiguración).<br />

Además, la pureza de su fe se ve reflejada también en el combate<br />

contra el Maligno, y cada vez que ataque a un demonio o<br />

a un engendro infernal (el resto de criaturas malvadas no se tienen<br />

en cuenta), realizará 1 Punto de Daño extra por cada voto<br />

privado que posea (ojo, privado; en este caso no se cuentan los<br />

públicos). Estos puntos de daño adicionales ignorarán cualquier<br />

tipo de armadura o de protección o aura mágica que posea la<br />

criatura, e incluso podrán dañar a aquellas criaturas que no se<br />

ven afectadas por el daño físico (como los ígneos o las sombras),<br />

aunque sólo lo harán los PD extra obtenidos por los votos, no<br />

todos los del arma utilizada. Para poder beneficiarse de todos<br />

estos bonificadores, el personaje tiene que haber hecho los votos<br />

hace, al menos, tantos días como su RR actual. Además, si el<br />

voto se lleva a cabo como penitencia por haber cometido un pecado<br />

(véase la sección anterior), tampoco se verá recompensado<br />

con estos bonificadores.<br />

Claro que si en algún momento el personaje rompe alguno de<br />

los votos, será castigado por ello: si era un voto público, perderá<br />

todos sus Puntos de Fe, como hemos indicado anteriormente; si<br />

era un voto privado, perderá la nada despreciable cantidad de 8<br />

PF, que le impedirá llevar a cabo determinados rituales de fe, al<br />

menos hasta que sea perdonado mediante la correspondiente<br />

penitencia. Además, recordamos al DJ que a las fuerzas infernales<br />

les encanta “hacer caer en la tentación” a las personas más<br />

virtuosas, especialmente a las que han hecho algún tipo de voto,<br />

así que a partir de ahora los personajes sacerdote deberían andarse<br />

con mucho ojo.<br />

Áurea de Jacobo de la Vorágine, que sirve de ejemplo al resto<br />

de los creyentes de cómo es la verdadera vida de un santo; las<br />

reliquias, restos del cuerpo o de los objetos de los santos, también<br />

alcanzan un alto grado de veneración y rara es la iglesia<br />

que no cuenta, al menos, con una de esas reliquias en sus altares.<br />

Y no se crean que la cosa se ciñe únicamente al mundo cristiano,<br />

que los musulmanes, aunque rechazan todo culto que no

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