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fase 2 - El Grimorio

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de llevar su Palabra a los Patriarcas e iluminados a<br />

través de revelaciones. Su jefe —antes de que Lucifer<br />

complicara las cosas— era Rafael, siendo según<br />

muchos Gabriel su lugarteniente. En opinión de los<br />

judíos los hombres santos se convierten al morir en tronos,<br />

ya que es justo que sigan siendo portadores de la Palabra de<br />

Dios en el Paraíso. Los cristianos y musulmanes, evidentemente,<br />

no están de acuerdo en ello.<br />

LA TRÍADA INTERMEDIA<br />

Aquelarre: Juego de rol demoníaco medieval<br />

Los seres angélicos de este grupo carecen por completo de<br />

forma física o espiritual, pues son pensamiento puro. No podría<br />

ser de otro modo, ya que su misión consiste en servir a la<br />

Voluntad Divina y ser sus intermediarios ante la Creación<br />

toda. Su número es reducido, pues de esta tríada salieron la<br />

mayor parte de los rebeldes que se agruparon junto a Lucifer<br />

en los días de la rebelión.<br />

DOMINACIONES<br />

También llamados señores, kuriotetes o hasmal entre los judíos,<br />

las dominaciones más conocidas entre ellos son Zadkiel, Yahriel<br />

y Muriel. Su misión consiste en regular y organizar las<br />

obligaciones de la tercera tríada, la que debe intervenir directa<br />

y, a veces, hasta físicamente, en el destino de los hombres.<br />

También vierten, cuando consideran oportuno, la Misericordia<br />

Divina sobre la Humanidad.<br />

VIRTUDES<br />

También conocidos como malakim, dunamis o tarshishim, estos<br />

seres angélicos se encargan de otorgar las bendiciones divinas a<br />

quien más las necesita, a menudo héroes sagrados, hombres santos<br />

o simplemente personas embarcadas en una empresa piadosa.<br />

De hecho, los hombres suelen invocarlos a menudo sin<br />

saberlo, pues lo hacen mediante la intercesión de la Virgen o de<br />

los santos a los que dirigen sus plegarias.<br />

Sea como fuere, un alma que se dirija directamente al Cielo irá<br />

hasta él escoltada por un ángel de virtud, siendo la única<br />

prueba de tal hecho el que al morir la persona en cuestión<br />

podrá ver cómo un aura de leve luminosidad rodea por unos<br />

instantes su cuerpo, mientras su rostro refleja una gran paz interior.<br />

Por ello, también se les conoce con el sobrenombre de<br />

refulgentes o resplandecientes. Los principales entre ellos son Bariel<br />

y Tarshish, así como Satanel, a quien algunos autores citan<br />

como un traidor, que tras la gran rebelión pasó a engrosar las<br />

filas del enemigo.<br />

POTESTADES<br />

Llamados también energías, potencias o autoridades, su misión<br />

es la de vigilar los senderos celestiales, evitando la infiltración<br />

diabólica. Pues si Dios nuestro Señor lo es todo y estamos aquí<br />

únicamente por Su Voluntad, sus pensamientos y sus ideas son<br />

nuestra realidad. Pero Satanás gusta de meter el rabo en la idea<br />

de la Creación, pervirtiéndola sutilmente y esparciendo el dolor,<br />

las tinieblas y el pecado sobre la Tierra, pues buen número de<br />

sus seguidores fueron antaño potestades y conocen como nadie<br />

la intrincada geografía del Pensamiento Divino. Es más, se dice<br />

que el jefe de las potestades, Camael, es en realidad un diablo<br />

que trabaja en complicidad con el Infierno, y que con el nombre<br />

de Kemuel consintió en ser adorado por los paganos<br />

druidas antiguos y fue maldito por el patriarca Moisés, el<br />

único que llegó a adivinar la doblez de sus acciones.<br />

Y sin embargo, Dios lo tiene como uno de sus ángeles<br />

principales, uno de los más queridos. Quizá, como apuntan<br />

algunos, porque no puede haber día sin noche, ni luz sin oscuridad,<br />

ni calor sin frío, y el Señor consiente el Mal para que<br />

resplandezca el Bien.<br />

LA TRÍADA INFERIOR<br />

En ella se agrupan los ángeles que toman parte activa en la organización<br />

del mundo de los hombres. Son los únicos que pueden<br />

llegar a adoptar un cuerpo físico para mezclarse con los<br />

humanos y combatir a las legiones infernales cuando intentan<br />

confundir a los reinos de la Tierra. Al igual que sucede con los<br />

demonios menores la destrucción del cuerpo físico de los ángeles<br />

no supone su muerte definitiva, sino simplemente su regreso a<br />

los Cielos durante un periodo de tiempo más o menos largo.<br />

Esta tríada está incompleta, ya que el noveno orden, los vigilantes,<br />

desertó en los primeros tiempos de la humanidad, aunque<br />

su lugar en el Pensamiento Divino fue ocupado por los<br />

arcángeles, que pese a encontrarse en el último lugar de la jerarquía<br />

celestial son los primeros en poder y cariño de Dios.<br />

PRINCIPADOS<br />

Son las criaturas responsables de la buena marcha de los pueblos<br />

de la Tierra. Cada nación, cada gran ciudad tiene un principado<br />

que vela por ella —evidentemente, las rencillas o<br />

alianzas entre países no son más que un pálido reflejo de las<br />

luchas o pactos entre los diferentes principados—. En ocasiones,<br />

el principado tutelar de una nación baja a la Tierra a guerrear<br />

por ella, adoptando la personalidad de héroes<br />

legendarios o santos guerreros (Roldán, Santiago Matamoros,<br />

etc.), y algunas veces se ha dado el caso de que dos principados<br />

hayan llegado a enfrentarse entre sí, en una lucha fratricida<br />

que causa gran regocijo en el Infierno.<br />

La muerte en la Tierra de un principado provoca un gran desconcierto<br />

en su nación tutelar, que puede llegar a hundirse en<br />

el caos más absoluto y ser absorbida por otras. También se dice<br />

que si una nación desaparece, el principado responsable de<br />

ella desaparece también de la mente del Creador: quizá por<br />

ello luchen con tanta desesperación por favorecer a los suyos.<br />

Nombres de principados más o menos conocidos son Anael<br />

—que más adelante se convirtió en arcángel—, Hamiel y Cervill,<br />

protector de los hebreos del que dicen que tomó el lugar<br />

de David a la hora de destruir a Goliath. En el cristianismo<br />

muchos santos son denominados patronos de una localidad o<br />

reino, como lo es San Millán del reino de Castilla o San Jorge<br />

de la corona de Aragón, pero lo cierto es que se trata en realidad<br />

de principados que han adoptado una imagen más cercana<br />

a sus fieles.<br />

Un principado no posee características propias, sino que se calculan<br />

en base a las características de la persona que ha sido poseída<br />

por el principado, modificándolas de la siguiente manera:<br />

FUE: +15 Altura: Variable<br />

AGI: +20 Peso: Variable<br />

HAB: +10 RR: +200%<br />

RES: +30 IRR: -200%<br />

PER: +10<br />

COM: +10<br />

CUL: +20

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