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REYES DE ARAGÓN<br />
Nombre Años<br />
Jaime II 1291 – 1327<br />
Alfonso IV 1327 – 1336<br />
Pedro IV 1336 – 1387<br />
Juan I 1387 – 1396<br />
Martín I 1396 – 1410<br />
Fernando I 1412 – 1416<br />
Alfonso V 1416 – 1458<br />
Juan II 1458 – 1479<br />
Fernando II 1479 – 1516<br />
un terrible accidente que se lo lleva por delante (aunque las<br />
malas lenguas aseguran que fue cosa de encantamientos y<br />
maldiciones) y, aunque tuvo tiempo Juan I para pasárselo en<br />
grande, como hemos dicho antes, se le escapa un pequeño<br />
detalle: dejar descendencia masculina. Así que el siguiente<br />
en ocupar el trono de Aragón será su hermano, Martín I el<br />
Humano, al que pilla la noticia en Sicilia y entre que viene y<br />
no viene, está a un tris de quedarse sin corona. Claro que, a<br />
fin de cuentas, tampoco termina de solucionar nada, pues el<br />
reinado de <strong>El</strong> Viejo, como también es llamado, no es muy extenso,<br />
y a su muerte no le habían sobrevivido ninguno de sus<br />
hijos. Se inicia, por tanto, una época de luchas por la sucesión<br />
de la corona aragonesa.<br />
En los siguientes dos años se presentan hasta seis candidaturas<br />
al trono pero, tras el Compromiso de Caspe de 1412, sale elegido<br />
Fernando de Antequera, regente y tío del rey de Castilla<br />
(del que hablamos en la sección anterior), ya que es mejor militar,<br />
más listo y, sobre todo, más rico, así que tras tomar el<br />
nombre de Fernando I de Aragón, inicia su reinado con problemas,<br />
como mandan los cánones medievales. Y es que la designación<br />
del de Antequera sienta como una patada en sus<br />
partes a los catalanes, que deseaban que hubiera salido escogido<br />
su candidato, por lo que buena parte del breve reinado<br />
de Fernando se le va tratando de convencerlos al tiempo que<br />
se defiende de sus ataques. Cuatro años después de llegar al<br />
trono, el primer rey aragonés de la casa de Trastámara muere<br />
de una enfermedad en Igualada.<br />
I como hemos visto antes, la política castellana y ara-<br />
Sgonesa de los siglos XIV y XV parece cuanto menos<br />
trepidante, prepárate ahora, pues lo que ocurre en<br />
estos años en Granada te va a dejar sin habla.<br />
La llegada del siglo XIV encuentra a los granadinos en guerra<br />
con Castilla, pues unos años antes les había arrebatado Tarifa,<br />
Pars X1: Chronicae<br />
Reino de Granada<br />
Le sucede su hijo Alfonso V que, la verdad sea dicha,<br />
pasa poco tiempo en casa, pues pasa parte del reinado<br />
combatiendo en Italia contra los franceses para quedarse<br />
con el reino de Nápoles. Al final, tras casi<br />
treinta años de combates y treguas, lo consigue en<br />
1443, y se establece allí hasta su muerte como otro príncipe<br />
más de la Italia renacentista: que si artistas por aquí,<br />
que si sabios por allá... y, en medio, Alfonso de mecenas para<br />
todos ellos. Claro que también es cierto que el poco tiempo que<br />
pasa en la Península lo aprovecha de forma sabia, principalmente<br />
ayudando en Castilla a sus hermanos, los infantes de Aragón, en<br />
su lucha contra don Álvaro de Luna, lo que está a punto de costar<br />
una guerra entre los dos reinos si no fuese por María de Aragón,<br />
esposa del rey castellano y hermana del aragonés, que poco antes<br />
de que los dos se liaran a tortas en Jadraque en 1430, pone a los<br />
dos gobernantes en su sitio y los manda de vuelta a casa.<br />
Muerto Alfonso V en 1458 —en Nápoles, como no—, llega al<br />
trono su hermano Juan II que, por cierto, también es rey de los<br />
navarros desde 1425 debido a su matrimonio con la reina Blanca<br />
de Navarra, aunque hacía ya algunos años que había fallecido<br />
—muerte que, por cierto, provocará un grave enfrentamiento<br />
entre padre e hijo del que hablaremos en el apartado correspondiente<br />
al hablar del reino de Navarra—. Durante su reinado,<br />
Juan se las tiene que ver con una guerra civil y una masiva revuelta<br />
del campesinado, ambas en territorio catalán, conflicto<br />
con el que tendrá que bregar durante muchos años, hasta que finalmente,<br />
endeudado con las franceses hasta las cejas, ciego y<br />
con más de setenta años a la espalda, consigue entrar triunfante<br />
en Barcelona en 1472: cualquiera hubiera pensado que tras contienda<br />
tan larga, Juan haría correr ríos de sangre en Cataluña,<br />
pero no es así. Hastiado de tanta guerra y tanta lucha, renuncia<br />
a la venganza y perdona a sus enemigos. Cinco años después<br />
muere en esa misma ciudad: su hija Leonor se queda con Navarra<br />
y Aragón pasa a manos de su hijo, Fernando II, que por entonces<br />
ya es consorte de la reina de Castilla, Isabel I.<br />
<strong>El</strong> reinado de Fernando y de Isabel se confunde en ocasiones<br />
y se recuerda principalmente por los grandes hechos castellanos<br />
de la época: conquista de Granada, expulsión de los judíos<br />
y descubrimiento de América, entre otras cosas. Y es cierto que<br />
en todos ellos, mucho tuvo que ver el consorte, pero también<br />
es cierto que Fernando II siguió velando por su propio reino,<br />
solucionando el problema que soportaban los payeses de remensa<br />
catalanes —campesinos que vivían en régimen de semiesclavitud—<br />
y expandiendo y reforzando sus dominios<br />
mediterráneos. También alcanzó notoria importancia tras la<br />
muerte de su esposa y tuvo mucho que decir y que hacer en la<br />
coronación de su nieto Carlos I como emperador, pero ésa es<br />
una historia que deberá ser contada en otro lugar.<br />
pero en cuanto el rey castellano tiene un poco de tiempo libre,<br />
pues asuntos internos le reclaman, se lanza a la ofensiva y conquista<br />
Gibraltar en 1309. Y suerte tiene el rey Nasr de que no<br />
sigue más allá, pues le alcanza la muerte preparando una nueva<br />
campaña. Se suceden entonces unos años de relativa calma<br />
en la frontera, rota de cuando en cuando por las bravatas<br />
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