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fase 2 - El Grimorio

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438<br />

dujo el crimen o sea un caballero y jure solemnemente<br />

ser inocente, se le interroga durante<br />

tres días. Y en esas tres jornadas, buena parte del<br />

interrogatorio consiste en torturarle. Con tiento<br />

de no matarle, eso sí, que de hacerlo sin que el reo<br />

confiese, el verdugo y hasta el que dirigió el interrogatorio<br />

pueden verse en serios apuros, debiendo pagar<br />

multa a la familia y hasta sufrir acusación de asesinato.<br />

Cosa que se da pocas veces, que si se va la mano, ya puesta,<br />

con decir que confesó queda el negocio hecho, que el<br />

muerto no va a desdecir…<br />

Si se trata de delito de sangre, la cosa cambia para los nobles,<br />

que aunque no sean torturados, si se demuestra su culpabilidad,<br />

son condenados como los plebeyos. A muerte, por supuesto,<br />

que quien a hierro mata a hierro muere. Eso sí, en lugar de sufrir<br />

la ignominia de la horca son degollados, las más de las veces en<br />

privado. Salvo en esos casos, los castigos son siempre en plaza<br />

pública y sobre cadalso, para servir de ejemplo al vulgo, que en<br />

realidad se lo toma como un excitante espectáculo.<br />

Repasemos delitos por orden de nombre, que no por el de su<br />

importancia. <strong>El</strong> avisado sabrá distinguir el grano de la paja, y<br />

lo baladí de lo trascendente.<br />

Adulterio<br />

Si el marido cornudo sorprende a su mujer con su amante yaciendo<br />

juntos, está autorizado a matarlos a los dos, y no será<br />

delito sino justicia. Pero si mata sólo a uno, se considerará asesinato.<br />

Tal normativa tiene su razón en evitar que un hombre<br />

quiera librarse de su mujer haciendo que un amigo la seduzca<br />

para luego poder matarla impunemente y quedarse con sus<br />

posesiones, o que obligue a la mujer a yacer con un socio en<br />

los negocios para matarlo a él y quedarse con todo. Más leve<br />

es que un hombre, prometido solemnemente con una mujer,<br />

se case con otra. En tal caso debe pagar la dote para que la<br />

mujer rechazada entre en un convento, ya que nadie quiere un<br />

plato rechazado por otro. La mujer adúltera puede ser simplemente<br />

repudiada por su marido y su familia, y arrojada a los<br />

caminos, donde la mayoría deben ejercer la prostitución para<br />

poder vivir. Eso si tiene suerte y no es tratada a la antigua<br />

usanza, y apedreada hasta la muerte por la chusma. <strong>El</strong> adulterio<br />

masculino, en cambio, no se considera delito, sino una<br />

prueba de la virilidad del varón 32 .<br />

Asesinato<br />

No todas las muertes son consideradas asesinato. <strong>El</strong> maestro<br />

que maltrata a un aprendiz, y que accidentalmente le da muerte,<br />

no es acusado de tal delito si se demuestra que nada tenía contra<br />

él, quedando el tema como mero accidente y pagando, como<br />

mucho, una compensación a la familia (si la tiene). Lo mismo<br />

sucede en el caso de muertes accidentales en los torneos o en<br />

los ejercicios de soldados y caballeros. Pero si se demuestra que<br />

la muerte ha sido premeditada, es el cadalso y no otra cosa lo<br />

que espera al asesino, que ya dijo Dios que ojo por ojo, diente<br />

por diente, sangre por sangre y vida por vida.<br />

Bandidaje<br />

Aquelarre: Juego de rol demoníaco medieval<br />

Es relativamente fácil hacerse bandido, y hay tantos tipos<br />

como malas gentes infestan los caminos. Desde el campesino,<br />

movido por la necesidad de saciar las hambres de<br />

su familia, hasta el que acecha los caminos como si<br />

fuera un campo más del que recoger lo que no ha cosechado.<br />

Otros son soldados sin señor, sea porque han abandonado<br />

su servicio, porque éste ha muerto sin herederos o<br />

porque por sus malas artes han prescindido de sus servicios.<br />

También los hay que son desertores de guerra, que han librado<br />

una batalla más de la que su templanza les permitía, y<br />

ahora vagan por los caminos, perros sin collar, hombres quebrantados,<br />

bestias rabiosas sin nada que perder. Y con todo,<br />

no son los más peligrosos, que peores que ellos son los soldados<br />

bandido que actúan con permiso de su señor feudal,<br />

saqueando los caminos que deberían proteger y echándole la<br />

culpa de sus bandidajes a cualquier forastero sin dineros que<br />

acierte a pasar luego. Y si saquean la tierra propia, ¿qué no<br />

harán con la del vecino, sabiendo que luego pueden volver a<br />

acogerse a la protección de su amo, que buena fe dará de<br />

ellos? Son alimañas a las que sólo se puede cazar si se las<br />

atrapa con las manos en la masa.<br />

Sea cual fuere el bandido, y su motivo, el castigo es el<br />

mismo: ahorcarlos en el acto de un árbol, y dejarlos allí,<br />

como aviso para otros como ellos y para tranquilizar a los<br />

caminantes.<br />

Blasfemia<br />

Los que ensucian sus bocas con tan horrendo delito a los ojos<br />

de Dios y de los hombres merecen un escarmiento, y por ello<br />

son azotados en público, y en ocasiones se les corta la lengua.<br />

Sin embargo, si como penitencia ofrecen a la Iglesia una<br />

cuantiosa cantidad de dineros (a negociar según la blasfemia),<br />

harán solamente una leve penitencia. En otras palabras,<br />

una vez más los ricos y poderosos se libran de lo más<br />

grueso del castigo.<br />

Homosexualidad<br />

Es castigada con la castración y la anulación del matrimonio<br />

(si el sodomita está casado), aparte de la humillación que supone<br />

la confesión pública de su nefando crimen. No se contempla<br />

la homosexualidad femenina, ya que no entra en la<br />

cabeza de los hombres que una mujer pueda dar placer a otra<br />

mujer…<br />

Incendio<br />

Aquél que se demuestre que ha provocado intencionadamente<br />

un incendio para dañar las posesiones de otro debe<br />

pagar una fuerte multa, buena parte de la misma irá como<br />

indemnización a los dueños de lo quemado. Pero si el incendio<br />

ha causado muertes, la multa no será suficiente y<br />

será ajusticiado.<br />

Robo<br />

Al ladrón se le castiga cortándole una oreja, y una mano si<br />

reincide. Poco importa que lo hiciera movido por la codicia<br />

o la necesidad, que peca contra Dios además de contra los<br />

hombres, que ya dicen los mandamientos “no robarás”.<br />

Hay casos curiosos según el tipo de botín al que aspiraba<br />

el caco: por ejemplo, el que trate de robar a un perro u otro<br />

animal deberá, aparte de pagar una multa, meter la cara en<br />

el trasero del animal en público, y restregarla bien, para<br />

32 Addenda: Por si les interesa, el asesinato de la mujer y su amante como forma de hacer justicia se mantuvo en España hasta la década de 1960. <strong>El</strong> adulterio<br />

femenino como delito, hasta 1978. ¡Y éste no es país de machistas!

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