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fase 2 - El Grimorio

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señoras del castillo pasan sus días entre bordados<br />

y ruecas, que más de una ha perdido la vista<br />

cosiendo a la pobre luz de las velas o la que entra<br />

por las escasas y tristes ventanas. También distraen sus ocios<br />

haciendo que les lean éste o aquel libro, aunque éstos son<br />

escasos y muy caros: un libro de horas, iluminado con hermosas<br />

ilustraciones, cuesta tanto como un buen caballo, que<br />

puede valer, para entendernos, 10 ó 20 reses, según su porte<br />

y destreza. Y la mayoría de los nobles no están para pagar<br />

tales caprichos. Por ello, si el señor no está, cualquier juglar,<br />

peregrino o simple viajero tiene a buen seguro las puertas<br />

abiertas en cualquier castillo, que las damas andan ansiosas<br />

de oír canciones, que les reciten romances o, simplemente,<br />

que les cuenten nuevas y chismorreos del exterior. Se podría<br />

decir que, gracias a ello, tienen los juglares la vida regalada<br />

bien asegurada, pero la cosa no es tal, que nunca hay que<br />

poner dos gallos en el mismo gallinero, y si el señor vuelve<br />

y se olfatea que hay demasiadas atenciones por parte de su<br />

legítima hacia el juglar, o que éste le lanza demasiadas sonrisitas,<br />

actúa de manera expeditiva, que muerto el perro, se<br />

acabó la rabia, y al tálamo sólo se lleva él a su mujer, nadie<br />

más. ¡Hasta aquí podríamos llegar!<br />

La gigantesca cama con dosel es posiblemente el mueble más<br />

grande que hay en todo el castillo, y el único que cumple<br />

una única función (bueno, dos). <strong>El</strong> resto de los muebles, que<br />

suelen ser arcones, mesas y asientos, suelen tener funciones<br />

dobles. <strong>El</strong> arcón de cuero forrado en seda puede servir tanto<br />

de mesa como de asiento. Los bancos se convierten en patas<br />

de una mesa larga poniéndoles una tabla encima. Taburetes<br />

y sillas hacen la función improvisada de escaleras o escabeles,<br />

si hay que alcanzar algo situado demasiado alto o mejor<br />

descansar los pies. Hay pocos muebles, y se mueven continuamente.<br />

La zona “lujosa” del castillo suele componerse de dos<br />

pisos. En uno está la habitación del matrimonio, la gran cámara<br />

que la llaman. Adosado a él suele estar el cuarto de<br />

las criadas y los niños, en ocasiones otro de algún pariente<br />

o invitado; en el piso inferior está la gran sala donde se<br />

hacen banquetes o se imparte justicia, según corresponda,<br />

las cocinas, las bodegas, en ocasiones algún calabozo, y la<br />

capilla. Otras estancias que nunca faltan en un castillo, la<br />

mayoría de las veces edificios aparte en torno al patio de<br />

armas, son una herrería, los establos, huertos, barracones<br />

para criados y soldados, letrinas, un pequeño huerto y un<br />

corral con algunas gallinas y una cabra, para tener tanto<br />

huevos como leche fresca. Un aljibe para recoger el agua<br />

de lluvia y algún almacén para aperos de paz o de guerra<br />

tampoco han de faltar.<br />

¿Cómo es una sala medieval normal? Salvo que sea estancia<br />

principal, y goce de tapices en las paredes, esteras en el suelo<br />

y una buena chimenea, suelen ser espacios desnudos, carentes<br />

de todo, hasta de muebles, y en cambio abundantes en lo que<br />

se refiere a incomodidades: humedades y corrientes de aire<br />

son las más frecuentes, por no hablar de ratas, los “perrillos<br />

del diablo”, a cuya presencia uno debe, por fuerza, acostumbrarse.<br />

Hasta a la luz le cuesta entrar, que las ventanas, tanto<br />

las que dan al interior como al exterior (que son las menos)<br />

son largas y estrechas, saeteras que las llaman, pues tienen el<br />

espacio justo para que se ubique allí un ballestero y descargue<br />

impunemente su arma contra algún agresor.<br />

Pars X2: Mores<br />

ENTRE EL ORA YELLABORA<br />

Tras los gruesos muros de un monasterio se encuentran<br />

diferentes dependencias. Según San Benito<br />

de Nursia, el monasterio ideal ha de tener<br />

biblioteca, refectorio, hospedería, huerto, basílica y<br />

oratorio. No todos cumplen con ello, evidentemente.<br />

La jornada de un monje empieza a medianoche, con los<br />

Maitines, ceremonia en la cual se cantan en el templo una<br />

quincena de salmos. Los hermanos están autorizados a<br />

acostarse de nuevo hasta las 3 de la madrugada, hora en la<br />

cual se rezan los Laudes, una serie de cantos de alabanza al<br />

Señor. Tras los Laudes, los monjes realizan sus abluciones<br />

en la fuente del claustro, dirigiéndose seguidamente a la<br />

sala capitular. Allí, el abad o el prior organizan el trabajo<br />

del día, asignando a los monjes diversas ocupaciones. Se<br />

trabaja entonces durante las horas Prima y Tertia. A las 9 h<br />

se celebra la primera misa del día. Tras ella, se dispone de<br />

un tiempo muerto que suele dedicarse a la meditación en el<br />

claustro o a seguir con la tarea asignada si ésta es urgente,<br />

hasta llegar a la hora Sexta (mediodía) en la cual se celebra<br />

la segunda misa del día. Acto seguido, se come en el refectorio<br />

(comedor común) en silencio, mientras uno de los<br />

monjes lee las Sagradas Escrituras o la Regla de la Orden.<br />

Después de la comida hay un corto periodo de descanso<br />

hasta las 15 h (hora Nona) en la cual se reemprende el trabajo<br />

hasta la hora de Vísperas (18 h) en la cual se celebra la<br />

tercera misa del día. A continuación de ésta, se realiza una<br />

cena frugal en el refectorio, tras lo cual se suele rezar en el<br />

templo hasta la hora de Completas (21 h), en la cual los<br />

monjes pueden acostarse.<br />

La principal autoridad de un monasterio es el padre abad, el<br />

cual dirige este pequeño universo y toma las decisiones importantes,<br />

auxiliado por la Revelación Divina, la Regla de la<br />

Orden y el prior. Éste es el segundo en el poder, y reemplaza<br />

al abad cuando no puede ejercer sus funciones.<br />

Otros cargos importantes en un monasterio son el hermano<br />

deán, encargado de los asuntos económicos, y el hermano<br />

claustral, encargado de mantener la disciplina y el cumplimiento<br />

de la Regla entre los monjes.<br />

Los hermanos se dividen en monjes y novicios. Los segundos<br />

deben pasar un tiempo determinado como tales antes de aspirar<br />

a la categoría de monjes. Según las órdenes, este periodo<br />

varía de uno a cuatro años.<br />

Salvo los altos cargos del monasterio, que duermen en celdas<br />

individuales, la mayoría de los monjes lo hacen en la<br />

sala común, para evitar caer en la tentación, o que las diablesas<br />

de la lujuria les ataquen por la noche, en sus sueños,<br />

robándoles la semilla con la que fecundarán nuevos diablos.<br />

Algún monje hay que, consciente de sus flaquezas, se hace<br />

atar las manos cada noche, para evitar caer en el pecado de<br />

Onan. Los muebles son escasos: la mesa y los bancos del refectorio,<br />

la silla y atril de trabajo del scriptorium y los asientos<br />

de la sala capitular. Los monjes no tienen nada, por muy rico<br />

que sea su monasterio. Así que aparte de la cama y de una<br />

pequeña arca, donde guardar una muda de su hábito y su<br />

ropa interior ningún otro mobiliario utilizan. ¿Acaso necesitan<br />

más? En las celdas individuales y en la hostelería del<br />

monasterio hay, aparte de una cama para dormir y un<br />

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