Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
468<br />
Aquelarre: Juego de rol demoníaco medieval<br />
diabólicos, pactasen o se uniesen directamente<br />
a los rivales demoníacos de la aventura, aun a<br />
costa de fastidiar la aventura y sus compañeros<br />
más ‟mejores”, así que cuidado. Con esto no estoy<br />
diciendo, ni mucho menos, que se prohíba a los PJs<br />
unirse a las filas del Maligno, sólo que el DJ sea consciente<br />
de ello y de sus futuras consecuencias.<br />
Durante el desarrollo de las partidas, no está de más recordar<br />
que es el DJ el que arbitra. Él va relatando los sucesos y acciones,<br />
y él decide por dónde van los tiros, y ante dudas de reglamento<br />
o quejas en general, él es el que tiene la última<br />
palabra. Sobre esto hay que confirmar una leyenda que corre<br />
entre los más viejos del lugar: sí, es cierto, los rayos suelen caer<br />
sobre quienes se quejan o incomodan demasiado al DJ y el<br />
suelo se abre y se traga a aquéllos que incordian al resto de<br />
PJs, fastidiando de camino el normal desarrollo de la aventura.<br />
Todo esto no implica recordar que el objetivo de un juego de<br />
rol es divertirse y si para ello hay que saltarse las reglas, pues<br />
que así sea, para eso están las tiradas ocultas y el DJ tiene la<br />
última palabra.<br />
Por último un consejo, también extensible a los PJs. Cuando<br />
un PJ se vuelve demasiado poderoso no hay que tener miedo<br />
a jubilarlo, haciendo que aparezca ocasionalmente como PNJ<br />
en futuras partidas y convirtiéndolo en una leyenda de la que<br />
ir presumiendo en las jornadas de rol, que no importa lo<br />
fuerte, diestro, rico o poderoso que sea un PJ, en Aquelarre,<br />
como en la vida, SIEMPRE hay alguien más grande y la superioridad<br />
numérica EXISTE, por no hablar de que existe una<br />
misteriosa fuerza, algunos la llamarán destino, que hace que<br />
los dados devuelvan el equilibrio y un crítico aun puede<br />
matar… (yo personalmente, ante el modo en que solían morir<br />
en mis partidas los PJs que conseguían demonios elementales<br />
en su siguiente aventura, por causa del puro azar, pienso que<br />
es Dios).<br />
P.D.: <strong>El</strong> poder absoluto corrompe totalmente, así que el DJ<br />
tenga cuidado con el lado oscuro de la pantalla y no abuse de<br />
su “divino” poder, que los PJs son más y saben dónde vives.<br />
MI JUEGO FAVORITO<br />
Por Pedro Nieto<br />
Dedicado a Sandra —“¡Ya voy! ¡Espera que estoy inspirado!”—,<br />
al club de rol Bactron Danger, por tantas batallas juntos, y a<br />
Óscar, que siempre estará con nosotros.<br />
Aquelarre no fue mi primer juego de rol. Antes que éste, ya<br />
había perdido cordura leyendo libros prohibidos, huyendo<br />
de aberraciones abyectas y rezumantes, había corrido como<br />
alma que lleva el diablo desde el Valle de las Cuatro Capillas<br />
hasta la Comarca, habiendo parado a tomar un trago en el<br />
Poney Pisador o visitado el castillo de la aventura del básico<br />
de <strong>El</strong> Señor de los Anillos. Mil veces lo visité, y otras tantas<br />
los malditos crebain que vivían en una de las torres fueron<br />
pasados a cuchillo.<br />
Ni siquiera Aquelarre es el juego al que más haya jugado. Para<br />
mi desgracia, en el grupo soy el que más lo ha dirigido, así que<br />
me ha tocado correr más bien pocas aventuras, pero de gran<br />
calidad, eso sí.<br />
Así que si no fue el primero, y ni siquiera es el que más he<br />
catado…, ¿por qué diantre es mi juego favorito?<br />
Pues mira, es que no sé por dónde empezar. De este<br />
juego guardo un montón de anécdotas. Activaré el<br />
“modo batallita” que eso siempre funciona.<br />
Recuerdo que en unas jornadas de rol, creo que en las cocheras<br />
de Sants de Barcelona, participábamos dos amigos más y yo<br />
en un torneo de Aquelarre. Empezamos a mediodía del sábado,<br />
se acabó la primera parte del torneo hacia las ocho de la tarde,<br />
y empalmamos con la partida de rigor de cada sábado en casa<br />
de un amigo (sana costumbre, que hoy en día, seguimos haciendo).<br />
Tras acabar con esta partida, que duró toda la noche<br />
hasta las siete de la mañana, nos fuimos de nuevo a las cocheras<br />
a esperar que abrieran de nuevo las puertas y seguir con<br />
el torneo. Pues al final seguimos con la partida, y la terminamos<br />
por la tarde, quedando en primer, segundo y tercer lugar<br />
(yo fui segundo). Tras casi treinta horas de tirar dados…<br />
¡Qué tiempos aquéllos en que empalmábamos noche tras día<br />
y día tras noche intercalando trabajo o estudios con las partidas<br />
de rol! Ahora, con muchos más años encima, veo prácticamente<br />
los mismos buenos amigos, con menos pelo, más<br />
kilos, las mismas novias que ahora son ya esposas y algunos<br />
hasta con hijos. ¡Va por vosotros!<br />
Gracias a Aquelarre se encendió en mí la vena histórica, y acabé<br />
devorando libros y libros sobre yo qué sé, cátaros, las Cruzadas,<br />
la Inquisición, etc. ¿Quién dijo que el saber no ocupa<br />
lugar? Debería ver las estanterías de algún amigo mío. Tuve<br />
el privilegio de escribir para el juego, cosa que siempre agradeceré<br />
a Ricard, y esto me abrió todo un amplio abanico de<br />
gente increíble. Desde el citado hombre de negro (no, Eugenio<br />
no), Miguel Aceytuno (el hombre tranquilo), Jordi Calvo (del<br />
fanzine titulado Dramatis Personae, ¡nos debemos unos quintos,<br />
tío!), Sergio (un auténtico Brother of Metal), el incombustible<br />
Salva Tintoré (¡arde maldito, aaaarde!) o maese Antonio Polo<br />
que me embarcó en este proyecto (la de piedras que nos hemos<br />
tirado). Además del GRUPAZO de autores, dibujantes y colaboradores<br />
de Aquelarre que he tenido la suerte de conocer y<br />
muchos otros que me dejo en el tintero, más que por descortesía,<br />
por mi mala memoria.<br />
Pero no sólo he conocido gente increíble. También a un montón<br />
de PJs salidos de las mentes más perversas. Recuerdo a<br />
Yosaf al Bardají, conocedor de todas las respuestas del universo,<br />
llevado por un amigote al que le gusta morder los vasos<br />
de tubo cuando se acaba la bebida (sí, sí, deja en el borde el<br />
perfil ése de un mordisco de dibujo animado, de verdad). Está<br />
retirado. Me refiero al PJ; el tipo sigue mordiendo vasos. También<br />
recuerdo a Joan el mariner, que pagó de su bolsillo su boda<br />
con Gromenis en San Jeroni de la Murtra (pobrecico), o Armando<br />
de Castro, soldado, cojo y maricón para más señas que<br />
ha abusado de toda criatura infeliz que se ha puesto en su camino:<br />
lleva toda la campaña de Rincón a la espalda y sigue<br />
dando por culo. Y así podría seguir con un larguísimo etcétera,<br />
como el dominico fray Nuño de Montesa y el franciscano fray<br />
Bartomé de Villaverde que llevaron dos amigos en cierta campaña<br />
de la Inquisición. ¡Fue un constante enfrentamiento a lo<br />
Bernardo Guy y Guillermo de Baskerville! Al final se decantó<br />
a favor del dominico, claro. ¡Pero a lo que vamos!<br />
<strong>El</strong> Aquelarre es muy peculiar, no esperes un juego donde tus<br />
PJs destrozarán hordas de enemigos con una mano atada a la<br />
espalda, no conseguirán sacos de oro, no aplastarán montañas<br />
a voluntad. Aquelarre es el juego del hombre de a pie. Del que<br />
no tiene nada que echarse a la boca, del que tiene que trabajar