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El universo imaginario de Robert Margerit - Biblioteca Virtual Miguel ...

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LOS ESPACIOS PÚBLICOS: LAS PARTES DE LA CIUDAD<br />

mayoría, para volver a toda prisa a sus casas y atrancar los postigos <strong>de</strong> sus ventanas y,<br />

algunos, para ir a buscar a otros artesanos que, armados como ellos con sus<br />

instrumentos <strong>de</strong> trabajo, van a «Faire <strong>de</strong> la bonne besogne patriotique». Los sansculottes<br />

van engrosando el cortejo precedido por el comisario <strong>de</strong> la Commune y los<br />

tambores. La multitud aclama a los voluntarios. Grupos <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong>saliñados y<br />

sobreexcitados que salen <strong>de</strong> los cafés vociferando arrastran a los in<strong>de</strong>cisos hacia la rue<br />

Sainte-Marguerite. Entre los agitadores, Nicolas reconoce a una <strong>de</strong> sus clientas, antaño<br />

revolucionaria a medias y ataviada ahora con un vestido tricolor. Un clamor popular se<br />

acerca, se agudiza y se extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Sena hasta la rue Dauphine. Un ramal <strong>de</strong> esta<br />

corriente humana penetra en la estrecha y sinuosa rue <strong>de</strong> Bussi, fluye batiendo los<br />

muros y <strong>de</strong>spués se expan<strong>de</strong> con violencia. Arrojado a la rue <strong>de</strong>s Ciseaux, Vinchon<br />

atraviesa un pasaje bor<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> tiendas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el que ve pasar armas resplan<strong>de</strong>cientes,<br />

vehículos cargados <strong>de</strong> «traidores» y un tropel <strong>de</strong> gente que arremete a gritos contra los<br />

refractarios. Deslizándose por un pasadizo lleno <strong>de</strong> curiosos y por un callejón oscuro,<br />

paralelo a un costado <strong>de</strong> la prisión, el protagonista toma un atajo que le evita tener que<br />

aglutinarse con la muchedumbre enar<strong>de</strong>cida 333 .<br />

Del 10 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1792, <strong>Margerit</strong> nos muestra dos instantáneas: una <strong>de</strong> la<br />

mañana y otra <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. A la hora en que los silbidos <strong>de</strong> los vencejos que se<br />

arremolinan en el cielo <strong>de</strong>spiertan a Lise, a la rue Saint-Nicaise llega un vago rumor <strong>de</strong><br />

los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> las Tullerías, se escuchan lejanos redobles <strong>de</strong> tambor proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />

algún muelle y resuenan levemente los toques <strong>de</strong> alarma. En ese mismo momento, la<br />

milicia nacional <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> por la rue Saint-Antoine: una masa azul, blanca y negra<br />

marcha por compañías <strong>de</strong> cien hombres; unos diez mil soldados avanzan con el fusil al<br />

hombro, bayonetas resplan<strong>de</strong>cientes, tambores que van marcando el paso, ban<strong>de</strong>ras<br />

<strong>de</strong>splegadas y la artillería <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> cada batallón. Por las callejuelas adyacentes bajan<br />

los ciudadanos pasivos 334 , con sus picas, sus pantalones y sus gorros <strong>de</strong> lana roja,<br />

camino <strong>de</strong> la plaza en la que se unirán a las fuerzas regulares. Una vez más, el autor se<br />

sirve <strong>de</strong> la antítesis para oponer, en primer lugar, la atmósfera <strong>de</strong> dos barrios diferentes;<br />

333 La Révolution II, pp. 311-314.<br />

334 Aquellos que no formaban parte <strong>de</strong>l ejército permanente, pero que eran requeridos en caso <strong>de</strong><br />

necesidad. Para ser «citoyen actif» había que tener una renta <strong>de</strong> al menos doscientos cincuenta francos.<br />

334

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