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El universo imaginario de Robert Margerit - Biblioteca Virtual Miguel ...

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LOS ESPACIOS PÚBLICOS: LAS PARTES DE LA CIUDAD<br />

con frac, hombres <strong>de</strong> todas las eda<strong>de</strong>s y condiciones engrosan audazmente las listas <strong>de</strong><br />

combatientes. Los símbolos <strong>de</strong> la iconografía republicana, los aires marciales, los<br />

estruendos <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scargas, el calor, el olor a pólvora y la solemnidad <strong>de</strong> las palabras<br />

que figuran a la entrada <strong>de</strong> la tienda: «La patrie est en danger», avivan la exaltación <strong>de</strong><br />

las masas congregadas a ambos lados <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> los Dubon, pues el humo, el polvo,<br />

el jaleo y el sonido <strong>de</strong> los tambores y las trompetas <strong>de</strong> la place Dauphine también<br />

penetran en su domicilio 394 . Días antes <strong>de</strong> la rendición <strong>de</strong> Verdún, un oficial municipal<br />

arenga a los curiosos que se acercan a escucharle al carrefour 395 <strong>de</strong> Bussi. Entre<br />

redobles sostenidos, sus palabras exhortan a los ciudadanos a dar su vida por la nación;<br />

estos respon<strong>de</strong>n con aclamaciones y cantos revolucionarios 396 .<br />

De estos hervi<strong>de</strong>ros patrióticos, <strong>Margerit</strong> nos traslada a diversas plazas <strong>de</strong> la<br />

orilla <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l Sena. Tres perspectivas diferentes <strong>de</strong> la place du Carrousel, obtenidas<br />

a distintas horas <strong>de</strong>l 10 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1792, nos ayudan a hacernos una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> las<br />

dimensiones <strong>de</strong> la matanza que tuvo lugar <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l palacio <strong>de</strong> las Tullerías. En primer<br />

lugar, nada más levantarse, Lise y Clau<strong>de</strong> contemplan este espacio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el balcón <strong>de</strong> su<br />

casa: el sol, todavía pálido y vaporoso, ilumina el recinto vigilado por uniformes azules<br />

y por los Suizos y, en este momento, sólo pasan por aquí algunos vecinos <strong>de</strong> los<br />

alre<strong>de</strong>dores. Mientras Rœ<strong>de</strong>rer se dirige a sus soldados, el narrador enfoca la place du<br />

Palais-Royal, tomada por la gendarmería montada, y la Grève, inundada por la milicia<br />

nacional y por el ejército <strong>de</strong> sans-culottes <strong>de</strong>l faubourg Saint-Antoine que, imbuidos <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>ales revolucionarios, llegan con sus picas.<br />

En la segunda, vemos cómo se <strong>de</strong>splazan los cañones <strong>de</strong> la milicia nacional<br />

hasta la verja <strong>de</strong>l palacio real y disparan al tejado para no alcanzar a los suyos. Entonces<br />

los Suizos se <strong>de</strong>spliegan, forman tres frentes <strong>de</strong> dos filas en la plaza y acribillan a la<br />

gente que huye a la <strong>de</strong>sbandada. Cuando los refuerzos <strong>de</strong> las tropas <strong>de</strong>l monarca llegan<br />

al Carrousel, con sus heridos y con las piezas <strong>de</strong> artillería arrebatadas a sus adversarios,<br />

el fuego se extingue; no hay más que muertos, picas y gorros –menos rojos que los<br />

charcos <strong>de</strong> sangre– por todas partes. <strong>El</strong> reloj marca las nueve y diez en el momento en<br />

394 La Révolution II, pp. 144-145.<br />

395 Este cruce <strong>de</strong> calles invita a los patriotas a <strong>de</strong>tenerse, a reflexionar y a dar un paso que cambiará el<br />

rumbo <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los hombres que se alisten. Véase la importancia simbólica <strong>de</strong>l cruce en Dictionnaire<br />

<strong>de</strong>s symboles, pp. 172-176.<br />

396 La Révolution II, pp. 311-312.<br />

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