El universo imaginario de Robert Margerit - Biblioteca Virtual Miguel ...

LOS ESPACIOS PÚBLICOS: LAS PARTES DE LA CIUDAD
ellos se ennoblece la burguesía y se aburguesa la nobleza 646 . Esta autora afirma que aquí
se superan las diferencias estamentales, pero, a su vez, utiliza el término microcorte
para referirse a estos puntos de encuentro 647 . Lo cierto es que en la tetralogía
revolucionaria, salvo los artistas y escritores, el resto de invitados constituyen grupos
más o menos homogéneos. Así la «petite société» que acude a casa de Babet está
compuesta por conocidos diputados, mujeres de altos cargos, actores y cantantes de la
Ópera. E ideológicamente hablando, también suele haber bastantes puntos de contacto
entre los contertulios. En un último intento de reconciliación, Manon Roland vuelve a
abrir las puertas de su domicilio a los dantonistas, aunque, al final, ni sus encantos ni su
perspicacia logren poner de acuerdo a los dos bandos. Quienes intervienen en las
veladas de madame de Staël conspiran con los realistas y se cartean con los emigrados;
en cambio, los que acompañan a Thérésa de Tallien son simpatizantes o miembros de la
Montaña 648 .
Dado el importante papel que juega este último salón después del Terror,
Margerit se detiene a describirlo con bastante detalle. A través de la mirada de
Napoleón, nos adentramos en los dominios de Notre-Dame de Thermidor. En su templo
griego esplendorosamente iluminado reinan la belleza, la intriga, el capricho y los
deseos femeninos 649 . Por encima de David, del poeta Arnault, del músico Mehul, del
renovador de la tragedia, de militares y de políticos de la talla de Carnot, Hoche,
Legendre o Cambacérès, descuellan las mujeres más hermosas de la capital: seductoras,
elegantes, audaces y voluptuosas, todas ellas contribuyen a crear una atmósfera menos
culta que sensual, pero deslumbrante a los ojos del joven general que años más tarde
daría un golpe de estado y después se convertiría en emperador 650 .
Pertenecientes también al ámbito restringido de los espacios semiprivados, los
salones que se jactan de tener a Rico entre sus invitados podrían ser asimilados a
simples stands que exhiben sus productos con orgullo mientras los más exquisitos le
646 Los salones europeos, pp. 11-19.
647 Sebastian Neumeister: «La ciudad como teatro de la memoria: argumentos literarios en favor de un
entorno humano», Revista de Occidente, (Madrid), nº 145, «El viaje y las ciudades: geografía y leyenda»,
(jun. 1993), pp. 67, considera que, frente a los cafés, estos círculos son elitistas y cerrados.
648 La Révolution II, pp. 425 y 567-568 y La Révolution IV, p. 259.
649 Además del toque erótico que ponen las mujeres que los frecuentan, el lujo de los salones a los que
se refiere el narrador fascina igualmente a la concurrencia. Véase asimismo La Révolution II, p. 567.
650 La Révolution IV, pp. 250-251.
426