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El universo imaginario de Robert Margerit - Biblioteca Virtual Miguel ...

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LOS ESPACIOS PRIVADOS: LA CASA<br />

bourgeoise, que vive en «un petit logement aussi neutre qu’un appartement d’hôtel» 22 .<br />

Apatía en apariencia porque «neutre» equivaldría a ecuánime e imparcial, tal y como<br />

correspon<strong>de</strong> a la tarea <strong>de</strong>l juez que vive en la parte alta <strong>de</strong> la ciudad y <strong>de</strong> la jerarquía<br />

social 23 aunque, en rigor, «neutre» habría que traducirlo por impersonal, si bien con su<br />

presencia imprime carácter al rincón <strong>de</strong> la casa en el que pasa todo el tiempo.<br />

Siempre que aparece una casa surgen uno o varios personajes vinculados a ella.<br />

Estos se ven influídos por el espacio y la casa imbuída <strong>de</strong> su presencia; <strong>de</strong> ahí que haya<br />

que tenerlos muy presentes para po<strong>de</strong>r precisar el carácter particular <strong>de</strong> cada vivienda.<br />

Unas veces <strong>Margerit</strong> lo explicita; otras, no va más allá <strong>de</strong> la simple sugerencia. Para<br />

acce<strong>de</strong>r al piso <strong>de</strong> Violette –que está situado en la parte alta <strong>de</strong>l edificio, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las<br />

buhardillas– hay que atravesar un patio en el que se amontonan materiales diversos y<br />

una escalera <strong>de</strong>sconchada; en esta ocasión, <strong>Margerit</strong> lo dice abiertamente: el piso no se<br />

parece en nada al resto <strong>de</strong>l edificio. «La netteté <strong>de</strong> la jeune femme, son élégance simple se<br />

reflétaient là». En una casa <strong>de</strong>l pasado «avec <strong>de</strong>ux fenêtres à petites vitres verdâtres,<br />

comme on les faisait encore au siècle précé<strong>de</strong>nt» introduce elementos <strong>de</strong>l presente: «<strong>de</strong>s<br />

panneaux <strong>de</strong> percale imprimée, l’étoffe à la mo<strong>de</strong>». Unas líneas más a<strong>de</strong>lante, un arpa,<br />

unas rosas y un libro evocan su intimidad 24 .<br />

Aunque las casas estén vacías, las habitaciones conservan «toutes ces choses qui<br />

gar<strong>de</strong>nt comme un moule les formes d’une présence dont elles font sentir la disparition»;<br />

mantienen la huella <strong>de</strong> los hábitos cotidianos compartidos y preservan emociones,<br />

sentimientos y secretos 25 . Unas guardan la historia sosegada <strong>de</strong> la vida diaria y otras, el<br />

recuerdo <strong>de</strong> una aventura vivificante. Dos mujeres, dos casas y dos experiencias<br />

diferentes: fórmula válida para La Malaquaise y para Le vin <strong>de</strong>s vendangeurs. <strong>El</strong><br />

contraste es mayor entre los pisos que Philippe comparte con Jeanine y con Rachel<br />

22 Op. cit., p. 127.<br />

23 <strong>El</strong>evación y po<strong>de</strong>r son sinónimos. Gilbert Durand <strong>de</strong>sarrolla esta i<strong>de</strong>a en Les structures<br />

Anthropologiques <strong>de</strong> l’imaginaire, p. 150.<br />

24 La terre aux loups, pp.102-3.<br />

25 La Malaquaise, pp. 213 y 263.<br />

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