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El universo imaginario de Robert Margerit - Biblioteca Virtual Miguel ...

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LOS ESPACIOS PÚBLICOS: LAS PARTES DE LA CIUDAD<br />

estampida. Tras una primera audiencia poco movida, el jefe <strong>de</strong> la facción indulgente<br />

lanza la ofensiva previsible <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sillón <strong>de</strong> hierro. Su cólera y su violencia aumentan<br />

la excitación <strong>de</strong> la asistencia: discusiones, clamores y aplausos cargan todavía más el<br />

ambiente y la temperatura sube a medida que va <strong>de</strong>jando <strong>de</strong>sarmados a sus adversarios;<br />

si bien, al cabo <strong>de</strong> dos horas, los bramidos <strong>de</strong>l protagonista se hacen cada vez más<br />

broncos y entonces Herman aprovecha para interrumpirle.<br />

Al día siguiente, la sala, atestada <strong>de</strong> público, recuerda a un verda<strong>de</strong>ro campo <strong>de</strong><br />

batalla: el presi<strong>de</strong>nte y el fiscal intentan acorralar a Delacroix; Desmoulins lanza flechas<br />

<strong>de</strong>ntadas contra los comisarios; Philippeaux, Westermann, Hérault-Séchelles y Fabre<br />

d’Églantine se suman al ataque y Danton vocifera <strong>de</strong> nuevo. <strong>El</strong> alboroto se intensifica,<br />

el público se pone <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> los acusados y éstos ganan el primer asalto. Al verse<br />

<strong>de</strong>sbordados, los magistrados acce<strong>de</strong>n a sus peticiones: furiosos y asustados, redactan<br />

una carta solicitando la comparecencia <strong>de</strong> testigos; <strong>de</strong> esta manera se serenan los<br />

ánimos, pero la respuesta <strong>de</strong> la Convención vuelve a poner en ebullición a Danton.<br />

Como en el proceso <strong>de</strong> los Brissotinos, salvo una minoría obstinada y algunos<br />

individuos encargados <strong>de</strong> hacer ruido, el auditorio se calla y respeta la opinión <strong>de</strong> la<br />

Asamblea. La audiencia <strong>de</strong>l día 5 se reduce a la <strong>de</strong>liberación <strong>de</strong>l jurado, las últimas<br />

protestas estrepitosas <strong>de</strong> los Dantonistas y la lectura <strong>de</strong>l veredicto en su ausencia 507 .<br />

A diferencia <strong>de</strong> las sesiones anteriores, en las que la atmósfera se va calentando<br />

hasta que hierve o se pone en efervescencia enseguida y <strong>de</strong>spués se enfría, la <strong>de</strong>l 21 <strong>de</strong><br />

junio <strong>de</strong> 1794 es mucho más tranquila a pesar <strong>de</strong> que once personas son juzgadas en<br />

bloque. La ley <strong>de</strong> pradial promulgada unos días antes suprime las audiencias públicas y<br />

acelera el proceso <strong>de</strong> tal forma que, cuando el <strong>de</strong>tenido quiere darse cuenta, ya ha sido<br />

absuelto –pocas veces– o con<strong>de</strong>nado –sin posibilidad alguna <strong>de</strong> apelación o recurso. La<br />

rapi<strong>de</strong>z con que <strong>Margerit</strong> <strong>de</strong>scribe el juicio <strong>de</strong> Léonar<strong>de</strong> –en tan sólo página y media–<br />

preten<strong>de</strong> hacernos compren<strong>de</strong>r el <strong>de</strong>sconcierto <strong>de</strong> las hornadas <strong>de</strong> hombres y mujeres<br />

que, al poco tiempo <strong>de</strong> ser instalados en las gradas recién ampliadas 508 , tienen que<br />

abandonar la sala, tras escuchar la acusación colectiva y respon<strong>de</strong>r con un sí o un no a<br />

507 Ibí<strong>de</strong>m, pp. 354-367.<br />

508 <strong>El</strong> 16 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1794 <strong>de</strong>saparecen los tribunales revolucionarios que había en algunas provincias<br />

y, a partir <strong>de</strong> entonces, los acusados son trasladados a París y juzgados por grupos supuestamente<br />

homogéneos; <strong>de</strong> ahí que se amplie consi<strong>de</strong>rablemente la zona reservada a los procesados.<br />

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