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El universo imaginario de Robert Margerit - Biblioteca Virtual Miguel ...

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LOS ESPACIOS PÚBLICOS: LAS PARTES DE LA CIUDAD<br />

todo el Manège menos la Llanura ful<strong>de</strong>nse aplau<strong>de</strong> la intervención <strong>de</strong> Vergniaud 457 . En<br />

cambio, el 10 <strong>de</strong> agosto, Luis XVI es suspendido provisionalmente <strong>de</strong> sus po<strong>de</strong>res en un<br />

ambiente tenso.<br />

A esta sesión el autor le <strong>de</strong>dica numerosas páginas, <strong>de</strong> manera que el lector<br />

pueda hacerse una i<strong>de</strong>a bastante aproximada <strong>de</strong> los acontecimientos que tuvieron lugar<br />

ese día en dicho edificio. La familia real encuentra cobijo en el gabinete que comunica<br />

con la sala reservada al taquígrafo y a los periodistas, pero más bien parece una jaula<br />

estrecha y con reja que un refugio: «C’était une espèce <strong>de</strong> boîte, basse <strong>de</strong> plafond,<br />

ouverte sur la salle et séparée d’elle par un grillage avec un ri<strong>de</strong>au d’étamine verte»,<br />

primer espacio en el que a partir <strong>de</strong> entonces estarán recluidos y protegidos a la vez. En<br />

un primer momento, la Asamblea garantiza su seguridad a pesar <strong>de</strong> las violentas<br />

vibraciones <strong>de</strong> los cristales <strong>de</strong> las ventanas o el estremecimiento ininterrumpido <strong>de</strong> los<br />

tabiques <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l recinto. Mientras la gente <strong>de</strong> las tribunas corre a asomarse a las<br />

ventanas dando gritos <strong>de</strong> pánico, los diputados vociferan lanzándose acusaciones, los<br />

clamores <strong>de</strong> las galerías se extien<strong>de</strong>n por los pasillos y en las puertas se producen<br />

colisiones entre los que quieren entrar y los que salen, ellos permanecen impasibles. Sin<br />

embargo, cuando los patriotas, furiosos y sedientos <strong>de</strong> venganza, se acercan para<br />

reclamar la <strong>de</strong>posición y la muerte <strong>de</strong>l responsable <strong>de</strong> la matanza, los monarcas tienen<br />

que disimular su <strong>de</strong>sasosiego.<br />

Hartos <strong>de</strong> escuchar invitaciones a la calma, los sans-culottes siembran el<br />

<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n en el Manège; se <strong>de</strong>sparraman por entre las banquetas ver<strong>de</strong>s, ocupan los<br />

asientos vacíos, gesticulan, increpan a unos, dan su aprobación a otros. A<strong>de</strong>rezado con<br />

estruendos y olor a pólvora que vienen <strong>de</strong> fuera, todo este alboroto carga todavía más la<br />

atmósfera irrespirable que cada nueva oleada humana contribuye a enar<strong>de</strong>cer. Hombres<br />

con el rostro ennegrecido y las manos ensangrentadas acu<strong>de</strong>n a mostrar sus heridas, a<br />

relatar los últimos sucesos y a acusar al responsable <strong>de</strong> la <strong>de</strong>gollina popular: el parricida<br />

que ni se inmuta al oir las injurias que van dirigidas contra él. Los peticionarios<br />

obtienen por respuesta discursos que tratan <strong>de</strong> acallarles y <strong>de</strong>liberaciones interminables;<br />

no obstante, la temperatura sigue siendo elevada. Nuevos <strong>de</strong>cretos satisfacen <strong>de</strong> alguna<br />

manera sus <strong>de</strong>mandas y a la luz <strong>de</strong> los quinqués el tumulto se va disipando. En el<br />

457 La Révolution II, pp. 68-70 y 123.<br />

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