El universo imaginario de Robert Margerit - Biblioteca Virtual Miguel ...

LOS ESPACIOS PÚBLICOS: LAS PARTES DE LA CIUDAD
algunos personajes margeritianos se suelen desplazar a puntos más o menos distantes
del centro de una ciudad. El inspector de policía de Une tragédie bourgeoise acompaña
a Raymond a un bar de la rue Haute-Vigne para, en la penumbra anisada, hacerle unas
preguntas sobre Lucien 622 . Una delegación de civiles se traslada al Petit Jardinet para
ponerse de acuerdo con los mandos militares a la sombra de los árboles que encubren
sus manejos 623 . Y La Fayette se presenta en el Tonneau des Cygnes con la intención de
buscar un cómplice que le ayude a vengarse de los sans-culottes: en esta tasca miserable
de las afueras de París, ruidosa, llena de humo y de zafias mozas, se mezcla con
descargadores, canteros y otros hombres de la zona del puerto, confraterna con ellos y
se hace pasar por un peluquero arruinado que, entre trago y trago, maldice a los
responsables de su desgracia hasta que da con la persona adecuada para llevar a cabo su
plan 624 .
En otros lugares de esparcimiento en los que la música, el canto o el baile, por
un lado, y la presencia femenina, por otro, constituyen el principal atractivo para los
clientes, o bien alternan las conversaciones intrascendentes con aquellas que anuncian la
trama de una novela o bien son relegadas a un segundo plano. El Ambassadeurs de Les
innocents et les coupables reúne a gente muy diversa que desea averiguar la identidad
de los asistentes al baile de la Cruz Roja o coquetea al amparo de un disfraz; si bien,
aquí se cruzan por primera vez las miradas de Rico y mademoiselle d’Aigremore y se
inicia el idilio de Guy y Junie. Las nubes que ocultan la cubierta del edificio, las
sombras chinescas que se proyectan en los ventanales empañados, la aglomeración de
casacas y ringraves de terciopelo, jubones satinados, blancas túnicas griegas y estolas
romanas, pelucas, capirotes femeninos y penachos, las máscaras, las quejas de los
saxofones y los temblores de los banjos son la expresión del caos inherente a la fiesta y
de la confusión de las páginas en las que la intriga de la obra todavía se está urdiendo a
pesar de que ya asoman los cabos de los hilos conductores de la misma 625 .
Y en el La Roseraie coinciden los protagonistas de Une tragédie bourgeoise,
quienes, sin conocerse anteriormente, hablan sobre temas que parecen irrelevantes, pero
622 Op. cit., pp. 111-113.
623 La terre aux loups, p. 91.
624 La Révolution I, p. 428.
625 Op. cit., pp. 1-8.
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