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Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

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—Sí, pero estaba cerrada.<br />

—Uno <strong>de</strong> vosotros que vaya a buscar sake. Si l<strong>la</strong>ma con<br />

suficiente insistencia le abrirán.<br />

—¿Ahora vas a tomar sake?<br />

—Sí, ahora. Tengo frío.<br />

Denshichiró se acercó más al fuego y se puso en cuclil<strong>la</strong>s.<br />

Daba <strong>la</strong> impresión <strong>de</strong> que iba a abrazar <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas.<br />

Como nadie podía recordar una hora, por <strong>la</strong> mañana, <strong>la</strong> tar<strong>de</strong><br />

o <strong>la</strong> noche, en que se hubiera presentado en el dojó sin oler<br />

a alcohol, su afición a beber había llegado a ser aceptada como<br />

algo natural. Aunque estaba en juego el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> <strong>la</strong> escue<strong>la</strong><br />

Yoshioka, uno <strong>de</strong> los hombres comentó a media voz que sería<br />

mejor para él que se calentara internamente con un poco <strong>de</strong><br />

sake antes que b<strong>la</strong>ndir <strong>la</strong> espada con los brazos y <strong>la</strong>s piernas<br />

ateridos. Otro señaló que sería arriesgado <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cerle, incluso<br />

por su propio bien, y un par <strong>de</strong> hombres corrieron a <strong>la</strong><br />

casa <strong>de</strong> té. Regresaron con el sake muy caliente.<br />

—¡Estupendo! —exc<strong>la</strong>mó Denshichiró—. Éste es mi mejor<br />

amigo y aliado.<br />

Le observaron nerviosamente mientras bebía, rezando<br />

para que no consumiera más <strong>de</strong> lo habitual. Sin embargo,<br />

Denshichird bebió bastante menos <strong>de</strong> lo que solía. A pesar <strong>de</strong><br />

su aparente <strong>de</strong>spreocupación, sabía bien que iba a arriesgar su<br />

vida.<br />

—¡Escucha! ¿Podría ser Musashi?<br />

Todos aguzaron el oído.<br />

Mientras los hombres que estaban alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l fuego se<br />

levantaban rápidamente, una figura oscura dobló <strong>la</strong> esquina<br />

<strong>de</strong>l edificio. Agitó una mano y gritó:<br />

—No os preocupéis, soy yo.<br />

Aunque vestía con elegancia, con el hakama arremangado<br />

para que no le estorbara al correr, no podía disimu<strong>la</strong>r su edad.<br />

Su espalda encorvada tenía <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> un arco. Cuando los<br />

hombres pudieron verle con más c<strong>la</strong>ridad, se dijeron unos a<br />

otros que sólo era «el viejo <strong>de</strong> Mibu», y <strong>la</strong> excitación <strong>de</strong>sapareció.<br />

<strong>El</strong> anciano era Yoshioka Genzaemon, hermano <strong>de</strong> Kempó<br />

y tío <strong>de</strong> Denshichiró.<br />

—¡Pero si es el tío Gen! —exc<strong>la</strong>mó Denshichiró—. ¿Qué te<br />

trae por aquí?<br />

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