07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La exasperación <strong>de</strong> Denshichiro no conocía límites.<br />

—No sólo llegas tar<strong>de</strong>, sino que no estás preparado —le<br />

gritó—. Y aquí no estoy en una posición a<strong>de</strong>cuada.<br />

Sin abandonar su serenidad absoluta, Musashi replicó:<br />

—Ya voy. Es sólo un minuto.<br />

Denshichiro sabía bien que <strong>la</strong> cólera podía resultar en <strong>de</strong>rrota,<br />

pero ante el esfuerzo <strong>de</strong>liberado <strong>de</strong> su contrario por irritarle,<br />

era incapaz <strong>de</strong> dominar sus emociones. Perdió <strong>de</strong> vista <strong>la</strong>s<br />

lecciones <strong>de</strong> estrategia que había aprendido.<br />

—¡Baja! —gritó—. ¡Aquí, al patio! ¡Basta <strong>de</strong> trucos y lucha<br />

con bravura! ¡Soy Yoshioka Denshichiro! Y sólo siento <strong>de</strong>sprecio<br />

por <strong>la</strong>s tácticas improvisadas o los ataques cobar<strong>de</strong>s. Si<br />

tienes miedo antes <strong>de</strong> que empiece el encuentro, no estás cualificado<br />

para luchar conmigo. ¡Baja <strong>de</strong> ahí!<br />

Musashi sonrió.<br />

—Yoshioka Denshichiro, ¿eh? ¿Qué he <strong>de</strong> temer <strong>de</strong> ti? Te<br />

corté por <strong>la</strong> mitad <strong>la</strong> primavera <strong>de</strong>l año pasado, <strong>de</strong> modo que si<br />

esta noche vuelvo a hacerlo será tan sólo una repetición <strong>de</strong> lo<br />

que ya hice.<br />

—¿De qué estás hab<strong>la</strong>ndo? ¿Dón<strong>de</strong>? ¿Cuándo?<br />

—Fue en Koyagyü, en Yamato.<br />

—¿Yamato?<br />

—En el baño <strong>de</strong> <strong>la</strong> posada Wataya, para ser exacto.<br />

—¿Estabas allí?<br />

—En efecto. Ambos estábamos <strong>de</strong>snudos, por supuesto,<br />

pero calculé con <strong>la</strong> mirada si podría golpearte o no. Y con los<br />

ojos te di un tajo en aquel mismo momento, <strong>de</strong> una manera<br />

bastante espléndida, mo<strong>de</strong>stia aparte. Probablemente no lo<br />

notaste, porque no quedaron cicatrices en tu cuerpo, pero te<br />

<strong>de</strong>rroté, <strong>de</strong> ello no hay duda. Pue<strong>de</strong> que otros estén dispuestos<br />

a oír cómo te jactas <strong>de</strong> tu habilidad <strong>de</strong> espadachín, pero <strong>de</strong> mí<br />

no conseguirás más que risas.<br />

—Sentía curiosidad por saber cómo hab<strong>la</strong>bas y ahora lo sé:<br />

como un idiota. Pero tu chachara me intriga. ¡Baja <strong>de</strong> ahí y<br />

abriré tus ojos engreídos!<br />

—¿Qué arma tienes? ¿<strong>Espada</strong> <strong>de</strong> acero o <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra?<br />

—¿Por qué lo preguntas cuando tú no tienes una espada <strong>de</strong><br />

ma<strong>de</strong>ra? Has venido aquí esperando usar una espada <strong>de</strong> acero,<br />

¿no es cierto?<br />

129

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!