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Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

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culizando era embarazosa y reaccionaron con un silencio<br />

pétreo.<br />

Aprovechándose <strong>de</strong> su incomodidad, Shóyü insistió:<br />

—¿Qué te parece, Yoshino? ¿Te atraen los nobles o prefieres<br />

a los merca<strong>de</strong>res?<br />

Yoshino se rió entre dientes.<br />

—Ji, ji. Vaya, señor Funabashi, ¡qué pregunta tan extraña!<br />

—No bromeo. Estoy tratando <strong>de</strong> escrutar el corazón <strong>de</strong> una<br />

mujer, y ahora puedo ver lo que hay en él. Realmente prefieres<br />

a los merca<strong>de</strong>res, ¿verdad? Creo que será mejor que te saque<br />

<strong>de</strong> aquí. Ven conmigo a mi sa<strong>la</strong>. —La cogió <strong>de</strong> <strong>la</strong> mano y se<br />

levantó, con una expresión maliciosa en el rostro.<br />

Sobresaltado, Mitsuhiro <strong>de</strong>rramó su sake.<br />

—Estás llevando <strong>la</strong> broma <strong>de</strong>masiado lejos —le dijo,<br />

al tiempo que le arrebataba <strong>la</strong> mano <strong>de</strong> Yoshino y <strong>la</strong> atraía<br />

hacia él.<br />

Atrapada entre los dos, Yoshino se echó a reír e intentó<br />

sacar el mejor partido <strong>de</strong> <strong>la</strong> situación. Cogió <strong>la</strong> mano <strong>de</strong> Mitsuhiro<br />

con su mano <strong>de</strong>recha y <strong>la</strong> <strong>de</strong> Shoyü con <strong>la</strong> izquierda,<br />

adoptó una expresión preocupada y dijo:<br />

—¿Que voy a hacer con vosotros dos?<br />

En cuanto a los dos hombres, aunque no sentían <strong>de</strong>sagrado<br />

mutuo ni eran serios rivales en el amor, <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l juego les<br />

exigían que hicieran cuanto estuviera en su mano para que <strong>la</strong><br />

posición <strong>de</strong> Yoshino Dayü fuese más incómoda.<br />

—Vamos, mi buena dama —le dijo Shóyü—. Debes <strong>de</strong>cidir<br />

por ti misma. Tienes que elegir al hombre cuya habitación<br />

agraciarás, aquél a quien entregarás tu corazón.<br />

Takuan intervino en el conflicto.<br />

—Un problema muy interesante, ¿no es cierto? Dinos,<br />

Yoshino, ¿a quién eliges?<br />

<strong>El</strong> único que no participaba era Nobutada. Al cabo <strong>de</strong> un<br />

rato, su sentido <strong>de</strong>l <strong>de</strong>coro le impulsó a <strong>de</strong>cir:<br />

—Por favor, sois invitados, no seáis <strong>de</strong>scorteses. Por vuestra<br />

manera <strong>de</strong> comportaros, estoy seguro <strong>de</strong> que a Yoshino le<br />

gustaría librarse <strong>de</strong> los dos. ¿Por qué no nos divertimos todos y<br />

<strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> importunar<strong>la</strong>? Koetsu <strong>de</strong>be <strong>de</strong> estar solo. Que una<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s chicas vaya en su busca y le traiga.<br />

Shóyü agitó una mano.<br />

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