07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

caja torácica en expansión. Siguió mascando, pero <strong>de</strong> repente<br />

se metió en <strong>la</strong> boca el último pastelillo <strong>de</strong> arroz y corrió a <strong>la</strong><br />

salida.<br />

—¿Ya has terminado? —le preguntó Otsü. Dejó unas monedas<br />

sobre <strong>la</strong> mesa y empezó a seguirle, pero Jótaró dio media<br />

vuelta y <strong>la</strong> empujó rudamente al interior.<br />

—¡Espera! —le dijo, excitado—. Acabo <strong>de</strong> ver a Matahachi.<br />

—No es posible —dijo el<strong>la</strong>, pali<strong>de</strong>ciendo—. ¿Qué estaría<br />

haciendo aquí?<br />

—No tengo <strong>la</strong> menor i<strong>de</strong>a. ¿No le has visto? Lleva un sombrero<br />

<strong>de</strong> juncos y nos ha mirado directamente.<br />

—No lo creo.<br />

—¿Quieres que le traiga aquí y te lo <strong>de</strong>muestre?<br />

—¡No harás semejante cosa!<br />

—No te preocupes. Si algo sucediera, iría en busca <strong>de</strong> Musashi.<br />

Otsü tenía el corazón <strong>de</strong>sbocado, pero al compren<strong>de</strong>r que<br />

cuanto más tiempo permanecieran allí, tanta mayor sería <strong>la</strong><br />

distancia que les separara <strong>de</strong> Musashi, montó <strong>de</strong> nuevo en<br />

<strong>la</strong> vaca.<br />

Cuando se pusieron en marcha, Jótaró le dijo:<br />

—No entiendo nada. Hasta que llegamos a <strong>la</strong> cascada <strong>de</strong><br />

Magome, éramos tan amigos como es posible serlo. Des<strong>de</strong> entonces,<br />

Musashi apenas ha dicho una pa<strong>la</strong>bra, y tú tampoco le<br />

has hab<strong>la</strong>do. ¿Qué os pasa? —Como <strong>la</strong> joven no respondía,<br />

siguió diciendo—: ¿Por qué camina <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> nosotros? ¿Por<br />

qué ahora dormimos en distintas habitaciones? ¿Es que os habéis<br />

peleado?<br />

Otsü no podía darle una respuesta sincera, pues no había<br />

sido capaz <strong>de</strong> dárse<strong>la</strong> a sí misma. ¿Trataban todos los hombres<br />

a <strong>la</strong>s mujeres <strong>de</strong> <strong>la</strong> manera que Musashi <strong>la</strong> había tratado a el<strong>la</strong>,<br />

tratando abiertamente <strong>de</strong> forzar<strong>la</strong>? ¿Y por qué le había rechazado<br />

el<strong>la</strong> con tanta vehemencia? En cierto sentido, <strong>la</strong> aflicción<br />

y <strong>la</strong> confusión que experimentaba ahora eran más dolorosas<br />

que <strong>la</strong> enfermedad <strong>de</strong> <strong>la</strong> que tan recientemente se había recuperado.<br />

La fuente <strong>de</strong>l amor que <strong>la</strong> había conso<strong>la</strong>do durante<br />

años se había convertido <strong>de</strong> repente en una estruendosa catarata.<br />

<strong>El</strong> recuerdo <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> otra cascada resonaba en sus oídos,<br />

311

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!