07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

zó chapoteando al otro <strong>la</strong>do, mojándose el kimono hasta los<br />

hombros—. ¡Estás aquí! —repitió, ro<strong>de</strong>ando con sus brazos <strong>la</strong>s<br />

piernas <strong>de</strong> Musashi.<br />

—No armes escándalo —le dijo Musashi en voz queda—.<br />

Este lugar es peligroso. Vuelve más tar<strong>de</strong>.<br />

—¡No! Te he encontrado y me quedo contigo.<br />

—-Sosiégate. He oído tu voz y he estado esperando aquí.<br />

Ahora llévale agua a Otsü.<br />

—Está turbia.<br />

—Hay otro arroyo más allá. ¿Lo ves? Toma, usa esto.<br />

Le tendió un tubo <strong>de</strong> bambú.<br />

Jotaro alzó el rostro y le dijo:<br />

—¡No! Llévaselo tú.<br />

Siguieron así unos instantes, hasta que Musashi asintió y<br />

fue al otro arroyo. Llenó el tubo y lo llevó al <strong>la</strong>do <strong>de</strong> Otsü.<br />

Ro<strong>de</strong>ándo<strong>la</strong> suavemente con el brazo, acercó el tubo a su boca.<br />

Jotaro estaba en pie al <strong>la</strong>do <strong>de</strong> ellos.<br />

—¡Mira, Otsü! Es Musashi. ¿Compren<strong>de</strong>s? ¡Musashi!<br />

Cuando Otsü tomó un sorbo <strong>de</strong> agua fresca, su respiración<br />

se serenó un poco, aunque seguía inerte en el brazo<br />

<strong>de</strong> Musashi. Sus ojos parecían centrados en algún punto muy<br />

lejano.<br />

—¿No te das cuenta, Otsü? ¡No soy yo, es Musashi! <strong>El</strong> brazo<br />

que te ro<strong>de</strong>a es el <strong>de</strong> Musashi, no el mío.<br />

Unas lágrimas ardientes se agolparon en los ojos <strong>de</strong> vacua<br />

mirada <strong>de</strong> <strong>la</strong> joven, hasta que parecieron <strong>de</strong> cristal. Dos<br />

arroyos se <strong>de</strong>slizaron por sus mejil<strong>la</strong>s mientras asentía.<br />

Jotaró rebosaba <strong>de</strong> alegría.<br />

—Ahora estás más contenta, ¿no es cierto? Esto es lo que<br />

querías, ¿verdad? —Entonces se dirigió a Musashi—: Ha dicho<br />

una y otra vez que no le importaba lo que ocurriera, pero tenía<br />

que verte. ¡No quería escuchar a nadie! Por favor, dile que si<br />

sigue portándose así va a morirse. No me presta ninguna atención,<br />

pero tal vez hará lo que tú le pidas.<br />

—Todo esto ha sido culpa mía —dijo Musashi—. Le pediré<br />

disculpas y le diré que se cui<strong>de</strong> mejor. Jótaró...<br />

—Dime.<br />

—¿Nos <strong>de</strong>jarás un momento solos?<br />

—¿Por qué? ¿Por qué no puedo quedarme aquí?<br />

225

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!