07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ta consistía en montoncitos <strong>de</strong> patatas, zanahorias y mandarinas.<br />

Se metió <strong>la</strong> fruta bajo el kimono y miró a su alre<strong>de</strong>dor para<br />

asegurarse <strong>de</strong> que nadie le había visto. Temeroso <strong>de</strong> que el dios<br />

ultrajado se materializase <strong>de</strong> un momento a otro, rogó durante<br />

todo el camino <strong>de</strong> regreso a <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> Karasumaru: «Por favor,<br />

no me castigues. No voy a comérme<strong>la</strong>s yo mismo».<br />

Colocó <strong>la</strong>s mandarinas en hilera, ofreció una a Otsü y se <strong>la</strong><br />

mondó. <strong>El</strong><strong>la</strong> <strong>de</strong>svió <strong>la</strong> cabeza, negándose a tocar<strong>la</strong>.<br />

—¿Qué te ocurre?<br />

Cuando se inclinó a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte para mirarle <strong>la</strong> cara, el<strong>la</strong> hundió<br />

<strong>la</strong> cabeza en <strong>la</strong> almohada.<br />

—No me ocurre nada —respondió entre sollozos.<br />

—Has empezado a llorar <strong>de</strong> nuevo, ¿eh? —dijo Jotaro,<br />

chasqueando <strong>la</strong> lengua.<br />

—Lo siento.<br />

—No me pidas disculpas. Lo único que quiero es que te<br />

comas una mandarina.<br />

—Luego.<br />

—Bueno, por lo menos cómete <strong>la</strong> que acabo <strong>de</strong> pe<strong>la</strong>r, por<br />

favor.<br />

—Aprecio tu amabilidad, Jó, pero ahora no puedo comer<br />

nada.<br />

—Eso es porque lloras <strong>de</strong>masiado. ¿Por qué estás tan triste?<br />

—Lloro porque soy feliz..., porque eres tan bueno conmigo.<br />

—No me gusta verte así. También a mí me entran ganas <strong>de</strong><br />

llorar.<br />

—Dejaré <strong>de</strong> hacerlo, te lo prometo. Ahora dime, ¿me perdonarás?<br />

—Sólo si te comes <strong>la</strong> mandarina. Si no comes nada, vas a<br />

morirte.<br />

—Luego lo haré. Ésta cómete<strong>la</strong> tú.<br />

—No, eso no puedo hacerlo. —Tragó saliva, imaginando <strong>la</strong><br />

mirada colérica <strong>de</strong>l dios—. Bueno, <strong>de</strong> acuerdo, los dos nos comeremos<br />

una.<br />

<strong>El</strong><strong>la</strong> se volvió y empezó a quitar <strong>la</strong>s b<strong>la</strong>ncas y fi<strong>la</strong>mentosas<br />

fibras <strong>de</strong> los gajos con sus <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>licados.<br />

—¿Dón<strong>de</strong> está Takuan? —le preguntó distraídamente.<br />

—Me han dicho que ha ido al Daitokuji.<br />

—¿Es cierto que vio a Musashi anteanoche?<br />

163

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!