07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Qué pequeño es el mundo, ¿verdad, madre? Su tía es <strong>la</strong><br />

esposa <strong>de</strong> Matsuo Kaname.<br />

—¡No me digas! —exc<strong>la</strong>mó Myoshü.<br />

La mujer se apartó <strong>de</strong>l fuego y dispuso ante ellos los recipientes<br />

<strong>de</strong>l té. No había ninguna duda <strong>de</strong> que conocía a <strong>la</strong> perfección<br />

<strong>la</strong> ceremonia <strong>de</strong>l té. Sus movimientos eran elegantes<br />

pero naturales, sus <strong>de</strong>licadas manos no podían ser más gráciles.<br />

Incluso a los setenta años parecía el epítome <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia y <strong>la</strong><br />

belleza femeninas.<br />

Musashi, que se sentía incómodamente <strong>de</strong>sp<strong>la</strong>zado, permanecía<br />

sentado en actitud cortés, confiando en que imitaba a <strong>la</strong><br />

perfección a Kóetsu. <strong>El</strong> pastelillo <strong>de</strong>l té era un bollo sencillo<br />

conocido como manjü <strong>de</strong> Yodo, pero <strong>de</strong>scansaba sobre una bonita<br />

hoja ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> una variedad que no se encontraba en el<br />

campo circundante. Musashi sabía que existían unas reg<strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

etiqueta para servir el té, <strong>de</strong>l mismo modo que <strong>la</strong>s había para el<br />

manejo <strong>de</strong> <strong>la</strong> espada, y mientras observaba a Myoshü admiró<br />

su maestría. Juzgándo<strong>la</strong> según <strong>la</strong>s normas <strong>de</strong> <strong>la</strong> esgrima, se dijo<br />

que era perfecta, que no <strong>de</strong>jaba ningún cabo suelto. En los movimientos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> mujer al preparar el té percibía <strong>la</strong> misma pericia<br />

que se observa en un diestro espadachín que se apresta a<br />

atacar. «Es el <strong>Camino</strong> —se dijo—, <strong>la</strong> esencia <strong>de</strong>l arte. Es preciso<br />

dominarlo para ser perfecto en cualquier cosa.»<br />

Dirigió su atención al cuenco <strong>de</strong> té que estaba ante él. Era<br />

<strong>la</strong> primera vez que le servían <strong>de</strong> esa manera, y no tenía <strong>la</strong> menor<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>bía hacer a continuación. <strong>El</strong> cuenco <strong>de</strong> té<br />

le sorprendió, pues parecía un objeto que podría haber sido<br />

hecho por un niño jugando con barro. No obstante, visto contra<br />

el color <strong>de</strong>l cuenco, el ver<strong>de</strong> intenso <strong>de</strong> <strong>la</strong> espuma <strong>de</strong>l té era<br />

más sereno y etéreo que el cielo.<br />

Musashi miró impotente a Koetsu, el cual ya se había comido<br />

su pastelillo y sostenía <strong>de</strong> una manera encantadora el<br />

cuenco <strong>de</strong> té con ambas manos, como quien acaricia un objeto<br />

cálido en una noche fría. Se tomó el té <strong>de</strong> dos o tres sorbos.<br />

—Señor —empezó a <strong>de</strong>cir con vaci<strong>la</strong>ción—. Sólo soy un ignorante<br />

muchacho campesino y no sé absolutamente nada <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> ceremonia <strong>de</strong>l té. Ni siquiera estoy seguro <strong>de</strong> cómo se bebe.<br />

Myoshü le reconvino cariñosamente.<br />

—No tiene ninguna importancia, querido. En el acto <strong>de</strong> to-<br />

28

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!