07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

nía <strong>la</strong> vista fija en el estrecho arroyo que serpenteaba entre <strong>la</strong><br />

hierba seca. Se concentraba exclusivamente en el movimiento<br />

<strong>de</strong>l agua, tratando <strong>de</strong> captar una y otra vez <strong>la</strong> sensación <strong>de</strong> flui<strong>de</strong>z,<br />

pero no parecía conseguirlo con exactitud. No por ello se<br />

<strong>de</strong>salentaba, y seguía dibujando <strong>la</strong>s líneas sin cesar.<br />

Musashi pensó que dibujar no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> ser tan fácil como<br />

parecía. Su hastío remitió y contempló <strong>la</strong>s pince<strong>la</strong>das <strong>de</strong><br />

Kóetsu con fascinación. Se dijo que Kóetsu <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> sentir algo<br />

muy parecido a lo que él experimentaba cuando se enfrentaba<br />

a un enemigo y entre los dos mediaban <strong>la</strong>s hojas <strong>de</strong> sus espadas.<br />

En cierto momento se elevaba por encima <strong>de</strong> sí mismo y<br />

tenía <strong>la</strong> sensación <strong>de</strong> haberse fundido con <strong>la</strong> naturaleza, aunque<br />

ésa no era <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra correcta, puesto que toda sensación<br />

quedaba eliminada en el momento en que <strong>la</strong> espada atravesaba<br />

a su adversario. Ese mágico instante <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia lo era<br />

todo.<br />

«Kóetsu aún está mirando al agua como si fuese un enemigo<br />

—pensó—. Por ese motivo no pue<strong>de</strong> dibujar<strong>la</strong>. Tiene que<br />

fusionarse con el<strong>la</strong> para vencer.»<br />

Como no tenía nada que hacer, estaba pasando <strong>de</strong>l aburrimiento<br />

al letargo, lo cual le preocupaba. No <strong>de</strong>bía percibir que<br />

le asaltara <strong>la</strong> pereza, ni un solo momento. Tenía que marcharse<br />

<strong>de</strong> allí.<br />

—Siento haberos molestado —dijo bruscamente, y empezó<br />

a atarse <strong>de</strong> nuevo <strong>la</strong>s sandalias.<br />

—¿Te vas tan pronto? —le preguntó Myóshü.<br />

Kóetsu se volvió en seguida.<br />

—¿No pue<strong>de</strong>s quedarte un poco más? Ahora mi madre va a<br />

preparar el té. Supongo que eres tú quien se enfrentó esta mañana<br />

al maestro <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> Yoshioka. Un poco <strong>de</strong> té <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha sienta bien, o por lo menos así lo afirma el señor<br />

Maeda, y también Ieyasu. <strong>El</strong> té es bueno para el espíritu. Dudo<br />

<strong>de</strong> que haya algo mejor. A mi modo <strong>de</strong> ver, <strong>la</strong> acción nace <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

quietud. Quédate y hablemos. Ahora mismo estoy contigo.<br />

¡De modo que Kóetsu estaba enterado <strong>de</strong>l combate! Pero<br />

quizá no era tan extraño. <strong>El</strong> Rendaiji no estaba lejos, en el otro<br />

extremo <strong>de</strong>l campo vecino. Más interesante sería saber por qué<br />

no se había referido hasta entonces al encuentro. ¿Se <strong>de</strong>bía<br />

sencil<strong>la</strong>mente a que consi<strong>de</strong>raba que tales cuestiones pertene-<br />

26

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!